Juan Brignardello Vela
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El expresidente catalán Carles Puigdemont ha vuelto a realizar una declaración ante sus seguidores, desde un escenario que recuerda al de anteriores intervenciones y en un contexto marcado por su reciente regreso fugaz a Cataluña. En un video de ocho minutos, Puigdemont justifica su estancia en Waterloo, donde reside desde su exilio, y reafirma que "el procés no ha acabado", a pesar de las dificultades políticas actuales. Puigdemont, quien el pasado jueves se presentó brevemente ante cerca de 3.500 personas en Barcelona para luego huir sin poder ser detenido, argumenta que su prioridad era encontrar un "lugar seguro" antes de regresar a su residencia belga. En el video, el exmandatario explica que su intento de acceder al Parlament para participar en la sesión de investidura de Salvador Illa estuvo frustrado por un dispositivo policial organizado para impedir su entrada. Asegura que acceder a la cámara parlamentaria habría significado una "detención segura", algo que él quería evitar a toda costa. El expresidente catalán también recuerda que nunca ha tenido la intención de entregarse a una autoridad que considera incompetente para juzgarlo por su defensa del derecho a la autodeterminación. En este sentido, afirma que su regreso a Cataluña tenía como objetivo "hacer política" y denunciar lo que considera una falta de democracia por parte del Estado español, que, según él, se burla de las leyes aprobadas por el Congreso, en referencia a la ley de amnistía. Puigdemont critica abiertamente la situación política actual y la actitud del Gobierno de Cataluña, que, según él, se ha alineado con una "estrategia de rebelión judicial". La represión que, sostiene, se ha desatado contra determinados sectores de la población, ha sido calificada por él como "feroz" y denuncia un deseo de venganza que asocia con regímenes autoritarios. En este contexto, expresa su solidaridad con aquellos que, como él, están siendo perseguidos y con quienes sufrieron la represión policial en su reciente regreso. A pesar de la reciente investidura de Illa como presidente de la Generalitat, Puigdemont subraya que esto no implica el final del proceso independentista. "El proceso de independencia se acaba con la independencia", resalta, enfatizando que aunque se haya cerrado una etapa, una nueva fase se abre con "condiciones diferentes". Sin embargo, el expresidente reconoce que la "alianza tripartita" que sostiene al nuevo Govern no es la situación más favorable para continuar con el proceso. Pese a esto, Puigdemont llama a perseverar en la lucha independentista, instando a no hacer renuncias y a actuar con "audacia y riesgo". Su mensaje es claro: el movimiento hacia la independencia debe seguir adelante, sin importar las adversidades. La situación actual en Cataluña es compleja y está marcada por un renovado debate sobre la autodeterminación, que sigue dividiendo a la sociedad catalana y española. Las palabras de Puigdemont resonarán sin duda en muchos de sus seguidores, quienes ven en su figura un símbolo de la resistencia independentista. El retorno fugaz del expresidente, junto con su mensaje de continuidad del procés, plantea interrogantes sobre el futuro del independentismo en un contexto político que parece haberse redefinido con la llegada de un nuevo gobierno en Cataluña. En este sentido, la tensión entre el deseo de autogobierno y el control del Estado español está más presente que nunca. En conclusión, el video de Puigdemont es tanto una justificación de su reciente viaje a Cataluña como un llamado a la acción para sus seguidores. Su insistencia en la continuidad del procés destaca una realidad: el independentismo catalán no ha dicho su última palabra y seguirá buscando formas de reivindicar su demanda en un escenario cada vez más complicado.