Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Este sábado, Venezuela se encuentra en el epicentro de una intensa jornada de protestas en contra de la reelección de Nicolás Maduro, un contexto marcado por la creciente represión y el temor generalizado entre la población. La líder opositora María Corina Machado ha convocado a una movilización en una de las avenidas más emblemáticas de Caracas, pero el fantasma de la represión de 2017, que dejó un saldo trágico de más de un centenar de muertos, acecha a los manifestantes. La atmósfera se torna tensa ante las amenazas de Maduro, quien ha instado a la oposición a mantenerse en la clandestinidad. A pesar de la amenaza latente, la convocatoria de Machado busca reunir a los ciudadanos descontentos con el sistema político actual. El ambiente se carga de incertidumbre, pues las fuerzas de seguridad del Estado han mostrado una disposición a actuar con violencia contra cualquier intento de manifestación. La represión se ha intensificado desde que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó a Maduro como ganador de las elecciones con un 52% de los votos, un resultado que la oposición y varios gobiernos de la región han calificado de fraudulento. La respuesta de Maduro a las acusaciones de fraude ha sido desafiante. En una rueda de prensa, descalificó a la oposición, tildándola de "derecha radical, criminal y violenta", y negó cualquier irregularidad en el proceso electoral. Sin embargo, las voces opositoras insisten en tener pruebas del fraude, incluyendo un sitio web con copias de actas de votación que, según dicen, respalda su posición. Por su parte, el chavismo ha desestimado estos documentos, considerándolos falsificaciones. El clima de violencia y represión se ha traducido en un saldo trágico desde las elecciones: al menos 11 civiles y un militar han muerto en las protestas que sucedieron a la votación, además de más de 1.200 arrestos en todo el país. Las organizaciones de derechos humanos han denunciado una "represión brutal" que ha resultado en al menos 20 muertos y 11 desapariciones forzadas. Esta situación ha llevado a la comunidad internacional a manifestar su preocupación y a exigir un alto a la violencia. La sede de la oposición en Caracas también ha sido blanco de ataques. Recientemente, un grupo de hombres armados y enmascarados realizó un saqueo, mientras que uno de los responsables, el periodista Roland Carreño, fue detenido arbitrariamente. Estos actos de intimidación subrayan la creciente violencia que enfrenta la oposición en un contexto de creciente polarización política. En medio de esta turbulencia, varios países latinoamericanos han comenzado a reconocer la victoria de Edmundo González Urrutia, el representante de Machado, desestimando así el resultado proclamado por el CNE. Perú, Argentina, Uruguay, Ecuador, Costa Rica y Panamá han manifestado su apoyo a González Urrutia, quien, según la oposición, habría recibido un 67% de los votos. Esta ola de reconocimiento internacional ha desafiado la legitimidad del régimen de Maduro. Estados Unidos también se ha unido a esta corriente, con Antony Blinken, el jefe de la diplomacia estadounidense, afirmando que existen pruebas contundentes que certifican la victoria de González Urrutia. Este apoyo refuerza la narrativa opositoria y aumenta la presión sobre el gobierno de Maduro, que se encuentra cada vez más aislado en la arena internacional. Ante este panorama, Maduro ha agradecido a líderes de otros países de la región, como Brasil y Colombia, por sus esfuerzos en buscar una solución al conflicto. Sin embargo, continúa acusando a Machado y González Urrutia de ser los principales instigadores de un intento de golpe de Estado, y ha advertido sobre planes de violencia en la manifestación convocada para hoy. La jornada de manifestaciones de hoy no solo representa una lucha por la democracia en Venezuela, sino que también evidencia el profundo desencuentro entre dos visiones de país. Mientras la oposición clama por un cambio, el gobierno de Maduro se aferra al poder, resultando en un clima de incertidumbre y temor que permea cada rincón de la sociedad venezolana. La comunidad internacional observa con atención, preguntándose cuáles serán los próximos pasos en esta crisis que parece no tener fin.