Irene Montero desata controversia en Europa tras celebrar victoria de Maduro

Irene Montero desata controversia en Europa tras celebrar victoria de Maduro

Irene Montero celebra la victoria de Maduro, desatando críticas en Europa. La izquierda enfrenta tensiones entre ideología y realidad venezolana.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Política 03.08.2024

La reciente intervención de Irene Montero, eurodiputada y figura clave de Podemos, en la que abiertamente celebró la victoria del presidente venezolano Nicolás Maduro, ha desatado un torrente de reacciones tanto en España como en el resto de Europa. Montero, al afirmar que "la democracia se respeta también cuando pierde", parece haber pisado un terreno delicado, dado el contexto de crisis humanitaria y migratoria que atraviesa Venezuela y que ha llevado a millones de ciudadanos a abandonar el país en busca de mejores condiciones de vida. En un clima de creciente polarización sobre el tema venezolano, la ministra chilena de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, se vio obligada a corregir a Montero. Orellana recordó la responsabilidad de la izquierda europea de no utilizar la crisis venezolana como un argumento político interno sin antes escuchar las voces de quienes viven en el epicentro de la crisis. Esta interpelación subraya una tensión existente dentro de la izquierda europea, que se debate entre el apoyo ideológico al chavismo y la realidad palpable de los sufrimientos del pueblo venezolano. La respuesta de Podemos a la controversial declaración de Montero fue casi inmediata. En un comunicado, el partido exigió la publicación de las actas electorales de las recientes elecciones en Venezuela, mientras criticaba los "discursos golpistas" que, según ellos, perpetuaban la crisis. Sin embargo, este intento de distanciarse de la celebración inicial de Montero no logró apaciguar las críticas, pues muchos ven en ello un acto de hipocresía por parte de un partido que ha mantenido lazos estrechos con el chavismo durante años. Podemos no es un partido marginal; ha formado parte del gobierno del socialista Pedro Sánchez durante cuatro años. Esta proximidad al poder plantea preguntas sobre la postura del presidente respecto a la situación en Venezuela, quien ha mostrado reticencia a calificar el régimen de Maduro como una dictadura. Este silencio cómplice no solo refleja una estrategia política, sino también una ideología que podría estar alimentando el crecimiento de un fenómeno populista en el continente. A la escena se suma la figura de José Luis Rodríguez Zapatero, exjefe del Gobierno español, quien ha mantenido un contacto constante con el chavismo a través de sus visitas a Caracas, intentando mediar entre el régimen y la oposición. Sin embargo, su mediación ha sido criticada por su aparente ineptitud y por su papel en blanquear al régimen venezolano ante Europa, suavizando así las sanciones económicas que pesan sobre el país. Este comportamiento ha llevado a líderes, como Felipe González, a catalogarlo como un "lobbista del chavismo" en el contexto europeo. El reciente silencio de Rodríguez Zapatero sobre los resultados de las elecciones en Venezuela ha suscitado especulaciones. ¿Está evitando pronunciarse por temor a repetir los errores de Montero, o es una muestra de un interés más oscuro vinculado a los beneficios económicos que podría haber obtenido de su relación con el chavismo? La falta de claridad en sus declaraciones ha dejado a muchos con más preguntas que respuestas. El impacto de estas posturas no solo es político; también se siente socialmente. En un momento en que la angustia y el sufrimiento del pueblo venezolano están en el punto de mira internacional, el discurso de la izquierda española puede parecer desconectado de la realidad. La celebración de una victoria electoral en Venezuela sin un reconocimiento de las circunstancias que la rodean puede percibirse como una falta de sensibilidad y un desdén por el sufrimiento de los ciudadanos. Esto plantea fundamentalmente la cuestión de la responsabilidad política. En lugar de aprovechar la situación para fomentar un diálogo constructivo, figuras clave de la izquierda española parecen más preocupadas por mantener una narrativa que refuerce su ideología. Esto puede llevar a una erosión de la credibilidad de su discurso, tanto en el ámbito nacional como internacional. El papel de la izquierda en Europa frente a crisis como la de Venezuela es crítico. La incapacidad de entablar un diálogo real con las comunidades afectadas puede resultar en políticas erróneas que no solo fallan en abordar la crisis, sino que también pueden perpetuarla. Es imperativo que las voces de quienes realmente sufren las consecuencias de estas políticas sean escuchadas y consideradas. Finalmente, lo acontecido con Irene Montero y la respuesta de Podemos son un reflejo de una crisis más amplia dentro de la izquierda europea. Mientras algunos líderes buscan aferrarse a ideologías que parecen anacrónicas, el desafío será encontrar un camino que reconozca la realidad y abogue por soluciones efectivas que beneficien a los ciudadanos, tanto en España como en Venezuela. La política debe, en última instancia, ser un vehículo para la justicia y la verdad, y no un simple juego de poder y retórica.

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