Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La renuncia de Kimberly Cheatle, la primera mujer en dirigir el Servicio Secreto de Estados Unidos, ha generado un terremoto político tras las fallas de seguridad que permitieron un atentado contra el expresidente Donald Trump el pasado 13 de julio. Cheatle presentó su dimisión luego de enfrentar duras críticas de legisladores republicanos y demócratas durante una extensa audiencia en la Cámara de Representantes, donde se le exigía asumir responsabilidades por el incidente. Durante el interrogatorio, la ahora exdirectora del Servicio Secreto defendió el trabajo de los agentes a su cargo pero reconoció que el atentado contra Trump fue "el fallo operativo más significativo del Servicio Secreto en décadas". La situación se desencadenó cuando Thomas Matthew Crook, de 20 años, disparó un rifle desde un tejado cercano al mitin de campaña de Trump en Pensilvania, hiriendo al expresidente en la oreja derecha y causando la muerte de una persona, así como heridas a otras dos. En su carta de renuncia, Cheatle asumió "toda la responsabilidad por el fallo de seguridad" y optó por dejar su cargo para evitar distracciones en el Servicio Secreto, una decisión que ha sido respaldada por el presidente Joe Biden. Cheatle, designada por Biden en septiembre de 2022, contaba con una extensa trayectoria de 27 años en la agencia, habiendo desempeñado diversas funciones y destacando por su participación en operaciones clave como la protección del entonces vicepresidente Dick Cheney tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. El presidente Biden elogió la dedicación y valentía de Cheatle a lo largo de su carrera en el Servicio Secreto, agradeciéndole por haber asumido la dirección de la agencia durante su administración. Sin embargo, la exfuncionaria se vio envuelta en una polémica audiencia en la Cámara de Representantes, donde los legisladores expresaron su frustración ante su negativa a responder preguntas sobre el tiroteo en el mitin de Trump en Pensilvania. Durante la audiencia, se reveló que testigos vieron a Thomas Matthew Crooks con un rifle en un tejado cercano al lugar del mitin antes de los disparos, y que fue abatido por un francotirador poco después del ataque. A pesar de asumir los fallos de seguridad, Cheatle rechazó las peticiones de dimisión, calificando lo ocurrido como el peor fallo operativo del Servicio Secreto en décadas y sin ofrecer detalles sobre cómo Crooks logró acceder al lugar desde donde perpetró el ataque. El incidente, que dejó a Trump con una herida superficial en la oreja, ha generado una ola de críticas hacia la administración Biden/Harris, con el expresidente acusando a Cheatle y su equipo de no haber garantizado su seguridad adecuadamente. La renuncia de Cheatle pone en evidencia la importancia de la seguridad de los líderes políticos y la presión constante que enfrentan las agencias encargadas de su protección, dejando en el aire interrogantes sobre los protocolos de seguridad y los cambios que podrían implementarse para prevenir futuros incidentes de este tipo.