Incertidumbre en la recta final del Congreso y regreso de Fujimori generan expectativas

En la recta final de las negociaciones para la elección de la Mesa Directiva del Congreso, la incertidumbre se cierne sobre la bancada de Fuerza Popular, liderada por Keiko Fujimori. Este lunes, el partido se reunirá para definir si presentarán un candidato propio a la presidencia del Legislativo o si optarán por delegar esa responsabilidad en otro bloque, donde se rumorea que Alianza para el Progreso podría ser el elegido. La gran incógnita es si Fuerza Popular repetirá el error de postular a Alejandro Soto, un personaje cuestionado que generó división en el Congreso en el pasado. En medio de este escenario político, Alberto Fujimori ha regresado a su hogar tras someterse a una operación de cadera. El anuncio fue realizado por el congresista de Fuerza Popular, Alejandro Aguinaga, quien no brindó detalles sobre cuándo el expresidente volverá a la actividad política. Sin embargo, se especula con la posibilidad de que Fujimori retome la campaña presidencial de cara a las elecciones del 2026, tal como ha sugerido su hija Keiko en diversas ocasiones. Por otro lado, Martín Vizcarra ha vuelto a acaparar titulares al unirse a una marcha convocada por la CGTP para promocionar su candidatura a la Presidencia. El exmandatario, sin haber sido invitado oficialmente, argumentó la necesidad de que los ciudadanos se pronuncien sobre el gobierno actual, señalando abusos y atropellos. Sin embargo, Vizcarra enfrenta críticas por su accionar durante la pandemia, como el vacunarse en secreto junto a su esposa, lo cual generó indignación en la población. En paralelo, la Fiscalía de la Nación ha presentado una denuncia constitucional contra los congresistas Rosselli Amuruz, Magaly Ruiz y David Jiménez por presuntas irregularidades en la contratación de personal cercano a su entorno, así como por el uso indebido de recursos. Estos casos de "mochasueldos" han generado gran controversia y ponen de manifiesto la necesidad de que el próximo Congreso no proteja a sus miembros, permitiendo que las instancias judiciales correspondientes investiguen y, de ser necesario, procesen a los responsables. En un contexto más amplio, la decadencia del caso Lava Jato sigue siendo evidente con la exclusión de Marcelo Odebrecht, principal corruptor de la constructora brasileña Odebrecht, de todos los procesos penales en Brasil. Esta decisión, sumada al regreso de Lula Da Silva al poder, genera dudas sobre la lucha contra la corrupción en la región. En Perú, se teme que la impunidad también prevalezca, dejando en entredicho la capacidad del sistema judicial para sancionar a los implicados en escándalos de corrupción de gran envergadura. En conclusión, el panorama político en el Perú se torna cada vez más complejo y marcado por la incertidumbre. Con decisiones cruciales por tomar en el Congreso y la presencia de figuras polémicas en la escena pública, la ciudadanía demanda transparencia, rendición de cuentas y un compromiso real con la lucha contra la corrupción. El futuro del país dependerá en gran medida de cómo se aborden estos desafíos y de la capacidad de las instituciones para garantizar la justicia y la equidad en el ejercicio del poder.