Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El panorama político en Perú se ve sacudido por la sorpresiva noticia de que el ex presidente Alberto Fujimori, condenado por corrupción y crímenes, podría volver a postularse para la presidencia en las próximas elecciones del 2026. A sus 85 años, Fujimori se convertiría en el candidato presidencial más longevo del país, compitiendo con al menos 30 candidatos en una contienda que se perfila como una de las más reñidas de los últimos tiempos. Tras haber cumplido 16 años de condena por asesinato y corrupción, Fujimori fue liberado en diciembre gracias a un polémico indulto por motivos humanitarios debido a su delicado estado de salud. Actualmente enfrenta problemas de hipertensión, frecuencia cardíaca irregular y un riesgo de cáncer que lo han mantenido en un estado frágil y en constante tratamiento médico. La noticia de la posible candidatura de Fujimori ha sido anunciada por su hija, Keiko Fujimori, líder del partido Fuerza Popular, quien afirmó que tanto ella como su padre han decidido que él sea el candidato presidencial en esta ocasión. Este anuncio ha generado diversas reacciones en la opinión pública peruana, que se encuentra dividida entre quienes apoyan el regreso de Fujimori al poder y quienes rechazan la idea de que una figura con su historial pueda aspirar nuevamente a la presidencia. Keiko Fujimori, quien fuera primera dama durante el gobierno de su padre, ha sido una figura controvertida en la política peruana, habiendo participado en tres elecciones presidenciales sin lograr el triunfo. A pesar de esto, su partido Fuerza Popular es una de las fuerzas políticas más importantes en el Parlamento, lo que le otorga cierto peso en la escena política del país. La posibilidad de que Alberto Fujimori se postule para la presidencia ha generado críticas y preocupación en sectores de la sociedad peruana, que ven con recelo la idea de que una figura con su historial de corrupción y violaciones a los derechos humanos pueda retornar al poder. Sin embargo, existen simpatizantes y seguidores del expresidente que respaldan su regreso a la arena política. Expertos constitucionalistas han señalado que, pese a la prohibición legal que impide a condenados por corrupción postularse, es probable que Fujimori inscriba su candidatura y luego sea retirado del proceso electoral. Esta estrategia, según los analistas, busca aprovechar el capital político y el apoyo que aun conserva Alberto Fujimori en determinados sectores de la población. En medio de un escenario político convulso y marcado por la incertidumbre, la posible candidatura de Alberto Fujimori añade un elemento adicional de complejidad a la próxima contienda electoral en Perú. La decisión final sobre su participación dependerá de los pasos legales que se sigan y de la reacción de la ciudadanía frente a la figura de un expresidente que ha dejado una profunda huella en la historia reciente del país. En un contexto en el que la corrupción y la impunidad han sido temas centrales en la agenda política peruana, la figura de Alberto Fujimori representa un desafío para la democracia y la justicia en el país. Su posible retorno a la escena política plantea interrogantes sobre el futuro de Perú y sobre el rumbo que tomará la sociedad peruana en un momento crucial de su historia política.