Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El panorama político en América Latina ha dado un giro inesperado con los anuncios de dos figuras polémicas: Alberto Fujimori en Perú y Evo Morales en Bolivia, quienes han manifestado su intención de regresar a la presidencia de sus respectivos países a pesar de los múltiples obstáculos legales y constitucionales que enfrentan. Alberto Fujimori, el exmandatario peruano conocido por su primer mandato marcado por las exitosas reformas económicas, pero también por la corrupción y los abusos a los derechos humanos, sorprendió al anunciar su postulación para las elecciones presidenciales del 2026. A sus 86 años de edad y con problemas de salud, incluyendo cáncer en la lengua y una fractura de cadera, Fujimori desafía las expectativas al buscar nuevamente el cargo más alto del país. Su decisión de postularse ha generado controversia, especialmente por su liberación en diciembre pasado luego de cumplir 15 años de una condena de 25 años por diversos delitos. Fujimori se benefició de una ley que prescribe los crímenes de lesa humanidad cometidos antes de 2002, lo que le permitió salir en libertad y abrir el camino a su regreso a la arena política. No obstante, existen impedimentos legales que podrían dificultar su candidatura, como una deuda pendiente de reparación civil de 15,5 millones de dólares. Por su parte, Evo Morales, expresidente de Bolivia, también ha manifestado su intención de postularse nuevamente a la presidencia en 2025, tras ser inhabilitado para un tercer mandato presidencial. Morales, quien actualmente se encuentra distanciado del presidente boliviano Luis Arce, busca ser el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), su partido político. Ambos líderes, Fujimori y Morales, enfrentan desafíos significativos en su intento por regresar al poder. El exmagistrado del Tribunal Constitucional de Perú, Ernesto Blume, ha señalado que el indulto concedido a Fujimori no lo exime de su responsabilidad penal, lo que podría inhabilitarlo para postularse a la presidencia. En el caso de Morales, la prohibición constitucional de un tercer mandato presidencial representa un obstáculo legal que deberá sortear si desea volver al puesto que ocupó durante más de una década. La decisión de ambos líderes de buscar nuevamente la presidencia ha generado incertidumbre y división en sus respectivos países. Mientras algunos sectores los ven como figuras capaces de liderar el cambio, otros los perciben como representantes de un pasado marcado por la controversia y la polarización. En este contexto, resulta fundamental que las instituciones democráticas de Perú y Bolivia garanticen un proceso electoral transparente y justo, en el que la voluntad popular prevalezca por encima de intereses individuales. En definitiva, las aspiraciones de Alberto Fujimori y Evo Morales de regresar al poder ponen de manifiesto la complejidad de la política latinoamericana, en la que figuras emblemáticas enfrentan retos legales y constitucionales en su búsqueda por recuperar el liderazgo. La incertidumbre y la controversia rodean estos movimientos, que plantean interrogantes sobre el futuro político de Perú y Bolivia y la capacidad de sus sistemas democráticos para gestionar estos desafíos.