En Francia, la incertidumbre política se agudiza ante posible mayoría de extrema derecha en la Asamblea

En Francia, las recientes elecciones legislativas han puesto en evidencia un panorama político sumamente interesante, con la posibilidad latente de que la extrema derecha logre la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. Tras una primera vuelta que ha dejado a la Agrupación Nacional como la fuerza dominante en un gran número de circunscripciones, se vislumbra un escenario donde el presidente Emmanuel Macron se enfrenta a la perspectiva de tener que cohabitar con un primer ministro proveniente de un partido radicalmente opuesto al suyo. La Coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP) se ha erigido como la segunda fuerza política del país, superando a La República en Marcha, el partido de Macron, que ha quedado rezagado en tercer lugar. De igual forma, Los Republicanos, representantes de la derecha tradicional, han tenido un desempeño decepcionante al obtener tan solo el 6,57 % de los votos, lo que deja un escenario de incertidumbre respecto a su rol en la configuración del nuevo Parlamento. Con 577 escaños en juego, la segunda vuelta se presenta como un momento crucial para definir la composición de la Asamblea Nacional. Tanto la Agrupación Nacional como el NFP han logrado asegurar una importante cantidad de diputados, lo que les otorga una posición privilegiada de cara a la conformación del próximo gobierno. Es importante destacar que, para alcanzar la mayoría absoluta, se requieren al menos 289 escaños, cifra que podría ser alcanzada por el partido de extrema derecha en caso de un buen desempeño en la segunda vuelta. Ante este escenario, la estrategia de los distintos actores políticos cobra relevancia. Tanto el NFP como el bloque macronista han anunciado la retirada de algunos de sus candidatos con el objetivo de unir fuerzas y evitar que la Agrupación Nacional se consolide como la fuerza dominante en el Parlamento. Sin embargo, la creciente popularidad de este partido dificulta la implementación de estrategias que han sido efectivas en el pasado, cuando la extrema derecha era considerada una fuerza marginal en la política francesa. En este contexto, el posible ascenso de Jordan Bardella, líder de la Agrupación Nacional, a la posición de primer ministro plantea interrogantes sobre el futuro de Francia y las políticas que podrían implementarse en caso de que la extrema derecha obtenga la mayoría absoluta. Bardella ha manifestado su intención de respetar la Constitución y el papel del presidente Macron, pero también ha dejado en claro su postura en temas sensibles como la política exterior, oponiéndose al envío de tropas a Ucrania y a la entrega de armamento capaz de afectar a Rusia. La noción de una posible cohabitación entre Macron y un gobierno liderado por la Agrupación Nacional plantea desafíos importantes para ambas fuerzas políticas. Mientras el presidente conserva ciertos poderes clave, como la dirección de la política exterior y de defensa, un primer ministro de extrema derecha podría impulsar políticas que difieran significativamente de la visión de Macron para el país. La incertidumbre sobre el rumbo que tomará Francia en los próximos años se ve acentuada por la posibilidad de un gobierno de cohabitación que podría generar tensiones y desafíos políticos de envergadura. En última instancia, la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia se presenta como un momento decisivo para el futuro político del país. Con la extrema derecha en una posición de fortaleza y la coalición de izquierda como contrapeso, el panorama político se torna incierto y lleno de interrogantes. La forma en que se configure el nuevo Parlamento y las alianzas que se establezcan serán determinantes para definir el rumbo que tomará Francia en los próximos años, marcando un hito en la historia política de la nación.