El controvertido ascenso de Narendra Modi: entre popularidad y acusaciones

El controvertido ascenso de Narendra Modi: entre popularidad y acusaciones

El primer ministro indio Narendra Modi consolida su liderazgo en las elecciones, marcadas por controversias y tensiones religiosas, manteniendo su imagen nacionalista y su ambición de posicionar a India como potencia mundial.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 05.06.2024
El primer ministro indio Narendra Modi ha logrado un hito al obtener un tercer mandato en las elecciones legislativas, consolidando su posición como uno de los líderes más populares del mundo. Su ascenso político ha sido meteórico, pasando de hijo de un vendedor de té en Gujarat a ídolo nacionalista en la India contemporánea. Sin embargo, su trayectoria está marcada por polémicas acusaciones y disturbios religiosos que han generado preocupación tanto a nivel nacional como internacional. Modi, de 73 años, ha logrado cautivar a sus seguidores con su imagen de hombre duro y defensor de la fe mayoritaria hindú en la India. Su origen humilde y su ascenso en las filas del grupo nacionalista hindú Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS) han sido parte fundamental de su narrativa política. A pesar de las críticas y controversias que han rodeado su gestión, Modi ha sabido capitalizar su discurso en un país donde las tensiones religiosas y étnicas son una constante. El liderazgo de Modi ha estado marcado por su postura nacionalista identificada con el hinduismo, lo que ha generado creciente hostilidad hacia las minorías, especialmente los musulmanes en la India. Los disturbios sectarios de Gujarat en 2002, donde murieron al menos 1,000 personas, han dejado una mancha en su historial político, siendo acusado de incitar la violencia y no intervenir para detenerla. A pesar de ello, una investigación del tribunal indio no encontró pruebas suficientes para imputarlo. La ascensión de Modi al poder en 2014 coincide con una ola de linchamientos de musulmanes en India, lo que ha generado preocupación entre la comunidad internacional. Sin embargo, potencias occidentales como Estados Unidos han mostrado interés en cultivar una relación con India como contrapeso a China, dejando de lado las preocupaciones sobre los derechos humanos y la libertad de prensa en el país. El discurso de Modi sobre el resurgimiento de India como una potencia mundial, tras siglos de dominación extranjera, ha calado entre sus seguidores y ha contribuido a su popularidad. Su inauguración del templo hindú en Ayodhya, construido en un terreno disputado donde existió una mezquita musulmana, ha sido un punto culminante de su proyecto nacionalista y de afirmación de la identidad hindú en la India contemporánea. A pesar de las críticas y las acusaciones en su contra, Modi ha logrado consolidar su posición como uno de los líderes más influyentes a nivel global. Su visión de India como un "vishwaguru" -un maestro para el mundo- refleja su ambición de situar al país en un lugar destacado en el escenario internacional. Sin embargo, las tensiones religiosas y étnicas en la India siguen siendo un desafío para su liderazgo y para la cohesión social en un país diverso y multicultural como la India.
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