Perú en encrucijada democrática: riesgos electorales en el horizonte

Perú en encrucijada democrática: riesgos electorales en el horizonte

El Perú se enfrenta a una encrucijada democrática por la desconfianza en sus instituciones electorales. Urge una reforma profunda para evitar la instrumentalización política y garantizar la transparencia en futuros comicios. La ciudadanía exige un sistema confiable al servicio del pueblo, no de intereses partidistas.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Política 21.03.2024
En medio de un clima político convulso y marcado por la desconfianza en las instituciones electorales, el Perú se encuentra en una encrucijada que pone en entredicho la solidez de su democracia. La reciente declaración que advierte sobre el doble juego de azar que se avecina en 2026 ha generado preocupación y reacciones encontradas en la opinión pública. El sistema electoral peruano, conformado por entidades como el Reniec, la ONPE y el JNE, ha sido duramente cuestionado por su opacidad, obsolescencia y presunta complicidad en la instrumentalización de la democracia como un juego de intereses políticos y personales. La falta de transparencia y las decisiones arbitrarias de las autoridades electorales han socavado la confianza de la ciudadanía en un proceso que debería ser garante de la voluntad popular. La sucesión de elecciones marcadas por el antivoto y la polarización política ha llevado a situaciones límites, donde la representatividad y legitimidad de los gobernantes se ven constantemente cuestionadas. La utilización del voto como una herramienta de oposición y no como un medio para la construcción de consensos y el avance democrático ha generado un clima de confrontación y desconfianza que amenaza con socavar los cimientos de la democracia. El papel del JNE y de sus autoridades, especialmente en lo referente a la admisión de candidaturas y la garantía de un proceso electoral justo y transparente, ha sido objeto de críticas y señalamientos. La percepción de que las decisiones que se toman en dicho organismo pueden estar motivadas por intereses ajenos al bien común ha minado la credibilidad de un sistema que debería ser imparcial y garantista. En este contexto, la advertencia sobre el riesgo de un nuevo juego de azar en las elecciones del 2026 cobra especial relevancia. La necesidad de una reestructuración profunda y una revisión integral de las normativas electorales se hace imperativa para evitar que la democracia peruana caiga en manos de caudillos y partidos que buscan perpetuarse en el poder a costa del bienestar de la ciudadanía. Es fundamental que las autoridades electorales reconozcan la gravedad de la situación y actúen con transparencia, responsabilidad y respeto por la voluntad popular. La democracia peruana merece un sistema electoral sólido, confiable y al servicio de los ciudadanos, no de intereses particulares o partidistas que buscan perpetuar un statu quo que ya ha demostrado ser insostenible. Ante la incertidumbre y el descontento que se respira en el ambiente político, es urgente que se abra un diálogo constructivo y se busquen soluciones consensuadas que permitan rescatar la confianza en las instituciones democráticas. El futuro de la democracia en el Perú depende de la capacidad de sus líderes y representantes para actuar con responsabilidad y visión de futuro, dejando de lado los intereses mezquinos y priorizando el bienestar de la sociedad en su conjunto.
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