Boluarte critica a la prensa mientras enfrenta creciente descontento social y criminalidad

Boluarte critica a la prensa mientras enfrenta creciente descontento social y criminalidad

Dina Boluarte arremetió contra los medios tras darse a conocer el presunto encubrimiento a Vladimir Cerrón, lo que provocó el inicio de una investigación por parte de la Fiscalía.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 30.09.2024

Durante un evento oficial en Piura, la presidenta Dina Boluarte volvió a arremeter contra los medios de comunicación, acusándolos de difundir mentiras y desinformación sobre su gestión. En medio de un contexto delicado, marcado por un paro de transportistas en Lima y un aumento de la criminalidad en varias regiones del país, Boluarte optó por desviar la atención hacia la prensa, que según ella, solo alimenta historias de envidia y descontento.


La presidenta se encontraba en la región norteña para coordinar acciones con la Policía Nacional en la lucha contra la delincuencia, un tema que ha cobrado especial relevancia en las últimas semanas debido a una ola de extorsiones y robos que ha afectado a la capital. Pese a sus intentos de proyectar una imagen de control y acción, la realidad es que la percepción pública sobre su gobierno se ha visto empañada por la falta de resultados tangibles desde la implementación del llamado "Plan Boluarte", que prometía erradicar la delincuencia.


En su discurso, Boluarte hizo un llamado a la unidad y a la colaboración entre las autoridades y la ciudadanía, insistiendo en que "esta batalla exige la unidad de todas y todos". Sin embargo, sus palabras se vieron ensombrecidas por el tono confrontacional hacia los medios, a quienes acusó de inventar "historias falsas", sugiriendo que sus críticas carecían de fundamento y que estaban motivadas por intereses oscuros.


"Esos grupitos por allí, envidiosos, insatisfechos, saben Dios que les motiva para mentir", expresó Boluarte, evidenciando su desdén hacia los comunicadores que han cuestionado su liderazgo y la eficacia de sus políticas. Este ataque a la prensa se da en un contexto en el que, desde el 8 de julio, no ha ofrecido conferencias para dar cuenta de su gestión y los desafíos que enfrenta su administración.


En relación a la creciente delincuencia, Boluarte insinuó que la criminalidad podría estar vinculada a la falta de oportunidades económicas, afirmando que "el que delinque es porque no tiene un ingreso, seguramente". Esta argumentación ha sido criticada por muchos analistas que consideran que la delincuencia tiene raíces más complejas, que van más allá de la simple falta de empleo.


La propuesta de crear "bolsas de trabajo" como solución a la criminalidad ha suscitado escepticismo. Muchos se preguntan si esta medida, por sí sola, será suficiente para abordar un problema que también está influenciado por factores sociales, económicos y culturales más profundos. La presidenta se comprometió a seguir trabajando en la prevención del delito, pero los resultados concretos aún son esperados por una población que vive con miedo.


Boluarte también aprovechó la ocasión para referirse a una denuncia preliminar en su contra relacionada con el uso del vehículo presidencial y su supuesta conexión con Vladimír Cerrón, figura política controvertida. En su defensa, insistió en que era necesario ceñirse a "verdades" y evitar la producción de "historias inventadas" que, a su juicio, solo confunden a la ciudadanía.


Esta retórica no es nueva en la política peruana, donde los líderes a menudo se enfrentan a la prensa y buscan deslegitimar críticas con acusaciones de falsedad. Sin embargo, el desafío para Boluarte es más que retórico; enfrenta un descontento social creciente que podría poner en peligro su estabilidad en el cargo.


La presidenta concluyó su discurso con un tono casi desafiante, sugiriendo que los medios de comunicación podrían acabar "con una colección de pinochos", en un intento por menospreciar las críticas que ha recibido. Sin embargo, la realidad es que el descontento de la ciudadanía y las preocupaciones sobre la seguridad y la economía son problemas que no desaparecerán simplemente con ataques a la prensa.


Con su gestión bajo un intenso escrutinio, Boluarte se enfrenta a un panorama complicado, donde la falta de comunicación efectiva con la población y un enfoque defensivo hacia la crítica podría costarle caro en el futuro. La pregunta que queda en el aire es si esta estrategia será suficiente para recuperar la confianza de los peruanos y enfrentar los desafíos que se avecinan en su mandato.

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