Duras condiciones en la colonia penal de Navalny: La más estricta de Rusia

Duras condiciones en la colonia penal de Navalny: La más estricta de Rusia

La colonia penal donde estuvo Navalny es la más estricta de Rusia. Condiciones extremas: frío, castigos brutales y aislamiento. Su muerte impacta a quienes lo veían como símbolo de resistencia.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 17.02.2024
La colonia penal donde estaba recluido el opositor Alexei Navalny, quién falleció este viernes, es la más estricta que existe en Rusia. Solo se envía a la llamada IK-3 a los acusados de los peores delitos. Conocida también como "Lobo Polar", está situada en la región de Yamalo-Nenets, muy por encima del Círculo Polar Ártico. Los reclusos han descrito cómo se les castiga por las faltas de otros, obligándoles a permanecer a la intemperie en invierno sin abrigo. A los que no se quedan quietos, los rocían con agua fría. La nieve cubre el suelo durante meses, para ser sustituida por barro cuando las temperaturas superan el punto de congelación, hacia el mes de mayo. En verano, los presos se ven obligados a desnudarse hasta la cintura y a quedar expuestos a los enjambres de mosquitos. El día a día de Navalny, cuya muerte fue anunciada por el gobierno ruso el viernes, probablemente habrá sido solitario desde que llegó en diciembre al IK-3. Antes de eso estuvo en la prisión de IK-6 de Melekhovo, al este de Moscú. Había pasado casi 300 días en régimen de aislamiento y últimamente se le permitía un paseo diario en una celda cercana donde el suelo estaba cubierto de nieve. Todo lo que podía ver fuera de su ventana era una valla alta sin ninguna luz. En invierno, en el Círculo Polar Ártico en el mejor de los casos hay luz de anochecer. Con años de cárcel por delante, Navalny tuvo que buscar formas de seguir siendo relevante. Presentó denuncias sobre las condiciones carcelarias, las cuales le permitían comparecer ante los tribunales y hacer declaraciones ante las cámaras con regularidad. Intentó crear un movimiento de presos para hacer campaña por mejores puestos en la fábrica de costura de la cárcel. Era conocido por su agudo ingenio. Siempre intentaba quitarle importancia a su situación, por duras que fueran las condiciones. Pero su día a día debió de ser realmente duro. En enero de 2023, escribió que le habían asignado un nuevo compañero de celda con graves problemas de salud mental. Su compañero de celda era "muy parecido", emitía "un grito gruñón y gutural que al empezarlo no se apaga durante horas". En otra ocasión, le hicieron compartir celda con una persona que tenía "graves problemas" de higiene. Navalny estaba seguro de que ninguno de sus compañeros de celda había llegado por casualidad. Creía que eran solo otra forma que tenía el sistema penitenciario ruso de convertir la vida de un recluso en un infierno si así lo querían. A sus 47 años, no era viejo, pero ser envenenado con el agente nervioso Novichok y pasar tres semanas en coma le pasó factura. Vivir una vida de constantes privaciones en la cárcel no hizo sino agravar la situación. Las cárceles rusas tienen un largo historial de torturas, tanto físicas como psicológicas. Los reclusos suelen sufrir malos tratos por parte de presos que son "amigos" de la administración, y las normas imposibles de cumplir se suman a la angustia mental. El sistema penitenciario federal ruso calcula que se han producido entre 1.400 y 2.000 muertes al año en las cárceles desde 2018, principalmente por problemas cardíacos, aunque esta explicación es cuestionada por los abogados. La muerte de Navalny ha supuesto un duro golpe para los rusos que lo veían como un emblema de la resistencia.
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