El Centro de Confinamiento contra el Terrorismo de El Salvador, un año después de su inauguración, sigue generando controversia y polémica.

El Centro de Confinamiento contra el Terrorismo de El Salvador, un año después de su inauguración, sigue generando controversia y polémica.

El Centro de Confinamiento contra el Terrorismo (Cecot) en El Salvador cumple un año desde su inauguración. Considerada la megacárcel de Bukele, alberga a 12.500 pandilleros en condiciones cuestionables. A pesar de las críticas, el éxito del Cecot ha generado interés en otros países.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 02.02.2024
El Centro de Confinamiento contra el Terrorismo (Cecot) de El Salvador, conocido como la megacárcel de Bukele, cumple un año desde su inauguración. Considerada la cárcel más grande de América, con capacidad para 40.000 reclusos, esta prisión es el símbolo de la lucha del presidente Nayib Bukele contra las pandillas. El Cecot alberga actualmente a unos 12.500 miembros de las pandillas MS-13 y Barrio 18, detenidos bajo un régimen de excepción decretado por el Congreso en respuesta a la escalada de violencia en el país. Sin embargo, esta prisión ha sido ampliamente criticada debido a las condiciones en las que se encuentran los reclusos. No hay áreas de recreación ni salas de visitas, y los reos solo salen de sus celdas para recibir atención médica, hacer ejercicios en un pasillo o asistir a audiencias judiciales virtuales. Además, la familia de cada preso es responsable de proveerles los alimentos. Construido en siete meses en Tecoluca, a 74 km al sureste de San Salvador, el Cecot ocupa 166 hectáreas y cuenta con ocho pabellones dentro de un perímetro con 19 torres de vigilancia. Entre los siete anillos de seguridad se encuentra un muro de concreto de 11 metros de altura y 2,1 kilómetros de extensión, protegido por alambradas electrificadas. En cada celda de aproximadamente 100 metros cuadrados, se encuentran dos piletas con agua corriente para el aseo personal y dos inodoros. Además, los reclusos duermen en literas de láminas de acero, sin colchón ni almohada. La cárcel cuenta con sistemas de vigilancia mediante cámaras, y tanto los reclusos como el personal de seguridad y administrativo deben pasar por zonas de registro y portones fortificados controlados por guardias armados. En cuanto a las actividades de los internos, estas son observadas mediante pantallas desde un centro de control. Los reclusos recién llegados son examinados por un escáner corporal y fotografiados antes de ingresar, y aquellos con mala conducta son encerrados en celdas de castigo oscuras y aisladas. A pesar de las críticas, el Cecot representa el esfuerzo del presidente Bukele por combatir el fenómeno criminal de las pandillas en El Salvador. Además, el éxito de esta megacárcel ha llevado a que otros países, como Ecuador, consideren replicar un modelo similar.
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