De Metrópolis Bulliciosa a Paisaje de Guerra Destrozado: Presenciando la Desolación Desplegarse en Gaza, un Cementerio para Niños.
Gaza, una vez una próspera ciudad, yace ahora en ruinas mientras el conflicto entre los militantes de Hamas y las fuerzas israelíes continúa escalando. La escena es de una devastación inimaginable, con edificios destruidos y autos llenos de balas esparcidos por el paisaje. El olor de los cuerpos en descomposición impregna el aire, un sombrío recordatorio de las víctimas atrapadas bajo los escombros. El número de muertos sigue aumentando, pero los cortes de comunicación han hecho imposible contar los cuerpos. El viaje al hospital más grande de Gaza, al-Shifa, es peligroso, ya que la instalación está abrumada y descrita como una "zona de muerte". Este conflicto ha dejado a Gaza en la oscuridad, carente de esperanza y consumida por la destrucción.
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En la oscuridad de la noche, emprendí un viaje hacia el norte de Gaza, cruzando la barrera entre Israel y Gaza en un jeep militar israelí. La escena era inquietante: coches llenos de balazos y edificios destruidos esparcidos por el paisaje. Las ruinas estaban apretujadas, restos de lo que alguna vez fueron vecindarios. El olor de los cuerpos en descomposición llenaba el aire, un sombrío recordatorio de los miles de personas atrapadas entre los escombros.
Gaza, una vez una ciudad bulliciosa, se ha convertido en un cementerio para niños. El enclave empobrecido, conocido por sus constantes cortes de energía, solía ser un lugar de orgullo. Ahora, no es más que una ruina humeante. Cientos de miles han huido hacia el sur, dejando atrás un silencio interrumpido solo por disparos y el sonido de los tanques israelíes. El número de muertos sigue aumentando, pero contar los cuerpos se ha vuelto imposible debido a los bloqueos de comunicación.
Entrar a Gaza siempre es un desafío, pero esta vez fue diferente. Las señales estaban ahí, incluso durante mi última visita en septiembre. Disparos de armas automáticas, áreas de entrenamiento y advertencias de tensiones crecientes. Luego, el 7 de octubre, todo estalló. Los militantes de Hamas asaltaron el sur de Israel, dejando destrucción y caos a su paso. Gaza, una vez un verano de paz, es ahora un paisaje de devastación inimaginable.
El viaje al Hospital al-Shifa, la instalación de atención médica más grande de Gaza, fue peligroso. Escoltados por soldados fuertemente armados, nos abrimos paso entre edificios destruidos y calles llenas de escombros. El propio hospital estaba en ruinas, abrumado por los muertos y los heridos. La Organización Mundial de la Salud lo describió como una "zona de muerte". Israel afirma que Hamas utiliza los hospitales como bases militares, mientras que los trabajadores médicos y Hamas niegan estas acusaciones. La situación es desesperada, con muchos hospitales obligados a cerrar o evacuar.
Mientras abandonábamos Gaza y regresábamos a Israel, la oscuridad reflejaba la desesperación que acabábamos de presenciar. El coronel israelí nos mostró videos de combatientes de Hamas atacando tanques del IDF y lanzando granadas desde edificios de apartamentos. Justificó las acciones de Israel en respuesta a la brutalidad de Hamas. Fue un viaje de regreso sobrio, un recordatorio impactante del costo que este conflicto ha tenido para ambos lados.
Al final, Gaza se ha convertido en un paisaje de guerra destrozado, un lugar donde la esperanza ha sido reemplazada por la devastación.