Maduro recurre a secuestros para negociar su salida ante crisis en Venezuela

Maduro recurre a secuestros para negociar su salida ante crisis en Venezuela

Frente al antecedente de la caída del Clan Al Assad en Siria, el dictador caribeño detiene ilegalmente a turistas de distintas nacionalidades para ofrecer su libertad a cambio de un salvoconducto hacia un país aliado

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Política 16.12.2024

La situación política en Venezuela se torna cada vez más crítica, con Nicolás Maduro recurriendo a tácticas desesperadas para sostener su régimen. Según informes recientes, el dictador tiene secuestrados a ciudadanos de varios países, incluyendo Argentina, Estados Unidos y España, como parte de una estrategia para negociar su salida de Caracas ante la inminente crisis institucional. Este movimiento se produce en un contexto de creciente agitación social, tras el supuesto fraude electoral que benefició a Maduro en las elecciones presidenciales del 28 de julio.


El régimen de Maduro, que ha enfrentado numerosas acusaciones de corrupción y violaciones de derechos humanos, parece estar siguiendo un modelo que recuerda a otros líderes autoritarios en situaciones similares. La historia reciente de Bashar Al Assad, quien perdió el poder en Siria y buscó refugio en Rusia, podría estar pesando en las decisiones de Maduro. En este sentido, el dictador teme un levantamiento popular que lo obligue a abandonar el país, lo que ha llevado a su administración a tomar medidas extremas, como el secuestro de extranjeros.


Las tensiones se intensifican en el Palacio de Miraflores, donde la incertidumbre sobre la reacción de la sociedad venezolana ante el fraude electoral podría desencadenar un conflicto mayor. A medida que se acerca la fecha de su asunción el próximo 10 de enero, Maduro se prepara para enfrentar un escenario adverso. Con cerca de 20 ciudadanos secuestrados en manos de su régimen, la negociación para su liberación podría convertirse en una herramienta de extorsión para facilitar su huida a Cuba o Rusia.


Agustín Nahuel Gallo, un gendarme argentino, se suma a la lista de secuestrados. Su captura, tras ingresar a Venezuela para visitar a su pareja, refleja el clima de miedo y hostilidad que permea el país. La dictadura ha justificado su detención argumentando conexiones con operativos de inteligencia, aunque Gallo no tiene vínculos de este tipo. La situación ha llevado al nuevo gobierno de Javier Milei a emprender un esfuerzo diplomático, que hasta el momento no ha cosechado frutos significativos.


El canciller argentino, Gerardo Werthein, ha intentado mediar en la situación, pero su esfuerzo se ha visto obstaculizado por la falta de apoyo inmediato de otros países de la región, como Brasil y Colombia. La diplomacia argentina no ha logrado avanzar debido a la indiferencia de líderes latinoamericanos, lo que deja a Gallo y otros secuestrados en una situación precarizada. Este hecho resalta la fragmentación política en América Latina y la dificultad de coordinar una respuesta efectiva ante la crisis venezolana.


Vale la pena recordar que Maduro ha utilizado previamente tácticas de intercambio, como el caso de Alex Saab, su testaferro, quien fue liberado a cambio de diez ciudadanos americanos. Este precedente sugiere que el dictador podría estar dispuesto a repetir esta fórmula, utilizando a los secuestrados como monedas de cambio en un posible acuerdo que le permita abandonar el país sin consecuencias. El análisis de la situación muestra que si la crisis se agudiza, el régimen podría recurrir a estos ciudadanos como palanca de negociación.


Un informe del gobierno argentino ha revelado detalles preocupantes sobre la situación de los secuestrados, mostrando que hay ciudadanos de diversas nacionalidades en la lista, incluidos ecuatorianos, peruanos y un uruguayo desaparecido. Cada uno de estos casos refleja un patrón sistemático de detenciones arbitrarias que se suma a la larga lista de violaciones de derechos humanos que ha caracterizado a la administración de Maduro en los últimos años.


Los casos de los españoles José María Basoa y Andrés Martínez, acusados absurdamente de ser "turistas terroristas", evidencian la falta de fundamentos jurídicos en las acusaciones del régimen. Este tipo de tácticas no solo busca desviar la atención de la crisis interna, sino que también sirve para sembrar el miedo en la población y justificar acciones represivas.


Mientras tanto, la administración de Biden se enfrenta a sus propios desafíos políticos, lo que limita su capacidad para intervenir efectivamente en la situación venezolana. Con el presidente con un poder disminuido y en medio de una transición política, Maduro parece haber encontrado un terreno fértil para maniobrar, usando la situación de los secuestrados como una herramienta de presión en sus negociaciones.


A medida que el escenario se complica, las esperanzas de una solución pacífica parecen desvanecerse. La comunidad internacional debe estar alerta ante las acciones de un régimen que, desesperado por mantenerse en el poder, está dispuesto a jugar con la vida de ciudadanos inocentes para garantizar su propia supervivencia. Esta crisis no solo afecta a Venezuela, sino que tiene repercusiones directas en la estabilidad de toda la región, donde la falta de unidad y acción efectiva podría permitir a Maduro perpetuar su régimen a expensas del bienestar de muchos.

Ver todo Lo último en El mundo