María Corina Machado y Edmundo González convocan una manifestación en Caracas el domingo

El próximo domingo 1 de diciembre, la Plaza La Castellana, un epicentro financiero de Caracas, se convertirá en el escenario de una manifestación convocada por El Comando con Venezuela, liderado por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia. Este evento marca la primera movilización pública significativa desde septiembre, cuando la oposición había optado por estrategias de protesta más efímeras y dispersas bajo la denominación de “modo enjambre”. Sin embargo, las circunstancias actuales, caracterizadas por una represión gubernamental intensa y una creciente ola de encarcelamientos de líderes opositores, demandan una respuesta más contundente.

Durante un encuentro virtual con activistas y dirigentes opositores, Machado enfatizó la urgencia de la situación. “Tenemos que actuar ya, este 1 de diciembre va a ser una protesta única, inédita, con nuestras manos en rojo, con valentía. El mundo entero se va a concentrar en la causa de un país que ha decidido avanzar hasta el final”, subrayó. Con esta consigna, buscan no solo movilizar a los ciudadanos, sino también atraer la atención internacional hacia la crisis política que atraviesa Venezuela.

La consigna elegida para la manifestación, “El 10 de enero es ya”, resuena con fuerza, ya que hace alusión al día en que Nicolás Maduro está programado para asumir un nuevo mandato presidencial, a pesar de las controversias que rodean su reelección. La oposición, liderada por González, quien se encuentra actualmente en el exilio tras haber abandonado el país en septiembre, asegura que la victoria corresponde a su figura, sustentada en el respaldo de un 83% de las actas oficiales recogidas por testigos de su coalición.

A través de esta vigilia, los opositores también buscan dar voz a los familiares de los más de 2.500 detenidos que han sido arrestados en el marco de las manifestaciones contra el régimen de Maduro. La estrategia de la oposición ha cambiado en los últimos meses, centrándose en la denuncia internacional del fraude electoral y presionando a la comunidad global para que reconozca el sufrimiento y las injusticias que enfrentan los venezolanos.

A pesar de las promesas del Gobierno de revisar casos de detenidos y de liberar a un centenar de ellos, la situación sigue siendo crítica. La presión por la excarcelación de los adolescentes presos y los afectados por la represión continúa siendo un tema candente en el discurso opositor, que se siente legitimado por la falta de transparencia en los resultados electorales.

La movilización del domingo se presenta como un desafío audaz, no solo para el régimen de Maduro, sino también para la oposición. La capacidad de reunir a un número significativo de manifestantes en un contexto de represión y miedo puede influir en el futuro de la resistencia política en el país. Aquí, la figura de María Corina Machado se erige como símbolo de la lucha por la democracia, mientras que González, aunque aún en el exilio, busca reafirmar su posición como líder legítimo de la oposición.

La comunidad internacional, atenta a estos movimientos, ha empezado a posicionarse. Países como Estados Unidos, Italia y Ecuador han reconocido a González como “presidente electo”, lo que añade una capa de presión sobre el régimen madurista en un momento crítico. La movilización del 1 de diciembre también tiene como objetivo recordarles a estos gobiernos que la situación en Venezuela requiere atención y acción.

Finalmente, la manifestación del domingo se plantea no solo como una expresión de descontento, sino como un acto de resistencia y reivindicación. En un contexto donde el miedo y la represión han intentado silenciar la voz de la oposición, la convocatoria de Machado y González podría ser un paso decisivo hacia la reactivación de la lucha por la democracia en Venezuela, marcando el inicio de una nueva etapa en esta prolongada crisis política.