Marco Rubio: De "Little Marco" a pilar clave en la política exterior de EE.UU.

Marco Rubio: De "Little Marco" a pilar clave en la política exterior de EE.UU.

El secretario de Estado, que ha ido escalando posiciones a las órdenes de su antaño rival, asume el Consejo de Seguridad y ejerce así un doble cargo, algo que antes solo hizo Kissinger

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 04.05.2025

El ascenso de Marco Rubio en el ámbito de la política exterior de Estados Unidos ha sido sorprendente, considerando su trayectoria desde las elecciones primarias de 2016, donde fue apodado “Little Marco” por Donald Trump. Hoy, el exsenador de Florida se ha convertido en un pilar fundamental en el círculo de confianza del presidente, desempeñando múltiples roles estratégicos, incluido el de secretario de Estado y, provisionalmente, el de consejero de Seguridad Nacional. Esta transformación en su estatus refleja no solo un cambio en la percepción de Trump hacia él, sino también una significativa alineación ideológica entre ambos.


Desde que asumió el cargo de secretario de Estado, Rubio ha adaptado su discurso y sus posiciones para alinearse más con el enfoque trumpista. Un ejemplo reciente de esto fue su crítica a Alemania por clasificar al partido Alternativa para Alemania (AfD) como un grupo extremista de ultraderecha, lo que generó una ola de reacciones en el ámbito político y mediático. Esta postura no solo le ha valido el reconocimiento en ciertos sectores del Partido Republicano, sino que también demuestra su compromiso de abrazar la política de Trump en un momento en que la polarización política es más pronunciada que nunca.


La reciente decisión de Trump de designar a Rubio como encargado provisional del Consejo de Seguridad Nacional resalta la creciente confianza que el presidente deposita en él. Esta dualidad de roles es excepcional y recuerda un episodio de la historia estadounidense que no fue del todo exitoso: el caso de Henry Kissinger y Richard Nixon. La combinación de estos dos puestos críticos plantea preguntas sobre la capacidad de Rubio para manejar efectivamente ambas carteras, especialmente en un contexto de constantes crisis internacionales.


A pesar de los desafíos inherentes a su nuevo rol, Rubio ha demostrado un enfoque proactivo en la diplomacia, buscando establecer relaciones significativas con líderes internacionales, como lo hizo con el presidente salvadoreño Nayib Bukele. Este tipo de interacciones no solo fortalecen su posición dentro de la administración, sino que también son vistas como logros importantes por parte de Trump, quien prioriza los resultados tangibles en su agenda política.


Sin embargo, la estrategia de Rubio de distanciarse de sus primeros días en el cargo y acercarse a los círculos más radicales de la política estadounidense ha generado tensiones con los sectores moderados del partido. Su participación en eventos organizados por figuras como Steve Bannon sugiere un intento deliberado de consolidar su base de apoyo entre los trumpistas más acérrimos, a la vez que se presenta como un aliado leal a la agenda del presidente.


El hecho de que Rubio haya intensificado su presencia en medios favorables a Trump, como Fox News, refuerza su imagen como defensor de las políticas del presidente, incluso cuando esto implica contradecir opiniones que había expresado durante su carrera como senador. Dicha metamorfosis no ha pasado desapercibida y podría ser parte de una estrategia más amplia para posicionarse como un líder influyente dentro del partido.


La política exterior de Rubio bajo la administración Trump parece estar guiada por un enfoque pragmático que prioriza los intereses de Estados Unidos. En una reciente reunión del gobierno, Rubio elogió la visión de Trump al afirmar que la nueva política exterior se centra en la fortaleza y seguridad del país. Esta declaración resuena con un electorado que ha mostrado desconfianza hacia las intervenciones tradicionales de Estados Unidos en el extranjero.


A medida que avanza su carrera en el gabinete, Rubio parece estar consciente de la importancia de estar físicamente presente en Washington. Mientras otros funcionarios pasan tiempo viajando, él ha optado por establecerse en el centro del poder político, lo que le permite estar al tanto de las decisiones clave y ejercer una influencia más directa sobre ellas. Esta elección también puede ser vista como un movimiento estratégico para consolidar su relevancia dentro de un entorno político en constante cambio.


Los rumores sobre la posibilidad de que Rubio continúe como consejero de Seguridad Nacional a largo plazo sugieren que la Casa Blanca está satisfecha con su desempeño actual. Sin embargo, las comparaciones con figuras históricas que han enfrentado desafíos similares no deben ser ignoradas. Si bien el enfoque de Rubio podría estar funcionando en el corto plazo, el tiempo dirá si puede sostener este nivel de responsabilidad y éxito.


En conclusión, el ascenso de Marco Rubio a una posición de confianza dentro de la administración Trump marca un hito en la política estadounidense contemporánea. Con múltiples roles y una estrategia de alineación ideológica que prioriza una visión más radical, Rubio se ha establecido como un jugador clave en la política exterior del país. Sin embargo, su futuro dependerá no solo de su capacidad para gestionar eficientemente sus responsabilidades, sino también de cómo se adapte a las dinámicas cambiantes de un electorado cada vez más diverso y exigente.

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