Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El Promedio Industrial Dow Jones, una piedra angular del sentimiento económico estadounidense, está experimentando actualmente una tendencia preocupante que recuerda al clima económico de finales de la década de 1970. Hasta el martes, el Dow ha enfrentado ocho días consecutivos de caídas, una racha no vista desde febrero de 1978, cuando Jimmy Carter estaba en la Casa Blanca y la inflación era una preocupación apremiante. Esta reciente caída ha llevado al índice de grandes empresas a perder alrededor de 250 puntos, lo que se traduce en una disminución del 0.6% en las operaciones de mediodía. Durante las últimas ocho sesiones de negociación, el Dow ha disminuido aproximadamente un 3%, una fluctuación relativamente menor en el gran esquema de los mercados financieros. Sin embargo, esto ha levantado cejas mientras analistas e inversores mantienen un ojo atento en el desempeño del índice. Curiosamente, mientras el Dow flaquea, otros índices están prosperando. El Nasdaq, impulsado por el continuo auge de las acciones tecnológicas y el boom de la inteligencia artificial, alcanzó máximos históricos, subiendo un 1.2% adicional el lunes. El S&P 500 también mostró resiliencia, sugiriendo una divergencia en el desempeño del mercado. Este fenómeno se ha atribuido a una robusta rotación del capital de los inversores hacia los sectores tecnológicos, una tendencia destacada por Keith Lerner, co-director de inversiones y estratega jefe de mercado en Truist Advisory Services. Uno de los principales contribuyentes a los recientes problemas del Dow es UnitedHealthcare Group, que ha visto cómo su acción se desplomó un 18% este mes. Este drástico descenso sigue al trágico tiroteo del CEO Brian Thompson y a la reciente retórica política del presidente electo Donald Trump, quien se ha comprometido a "eliminar" a los intermediarios de la industria farmacéutica, lo que ha agitado aún más la confianza de los inversores en el sector salud. El momento de esta racha de ocho días de pérdidas es particularmente notable, ya que coincide con una decisión inminente de la Reserva Federal respecto a las tasas de interés. Hay una amplia especulación de que la Fed optará por recortar las tasas en un cuarto de punto, aunque las señales pueden sugerir una desaceleración en futuros recortes, dejando a los inversores con expectativas mixtas. A pesar de la actual caída del Dow, el índice sigue estando un 16% por encima en lo que va del año, y continúa situándose aproximadamente 1,500 puntos, o un 3.5%, más alto de lo que estaba el día de las elecciones. La euforia inicial del mercado tras los resultados electorales fue alimentada por el optimismo en torno a las promesas de Trump de reducir las cargas regulatorias y los impuestos. Sin embargo, los analistas ahora están instando a la cautela a medida que la narrativa cambia para examinar tanto las ventajas como los posibles escollos de la administración de Trump. Es notable que no ha habido una racha de diez pérdidas consecutivas para el Dow desde una caída de once días en 1974. Si bien algunos pueden interpretar la actual caída como un presagio de problemas más significativos en el futuro, estrategas del mercado como Anthony Saglimbene de Ameriprise sugieren que las recientes pérdidas podrían simplemente reflejar la toma de ganancias tras importantes ganancias en el mercado. A medida que avanzamos hacia una nueva fase del panorama económico moldeada por cambios políticos, la pregunta sigue siendo si la administración entrante podrá ofrecer el tipo de crecimiento que el mercado de valores ha llegado a esperar. Los próximos días serán críticos para determinar si el Dow puede romper esta racha de pérdidas y recuperar su posición, o si continuará lidiando con los desafíos planteados por los cambios económicos y políticos.