Crisis política en Colombia: renuncia de Sarabia y escándalos sacuden a Petro

Crisis política en Colombia: renuncia de Sarabia y escándalos sacuden a Petro

La canciller, Laura Sarabia, renuncia en pleno conflicto diplomático con Estados Unidos, mientras la justicia colombiana pide la detención Carlos Ramón González, el más alto exfuncionario del Gobierno investigado por corrupción

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 04.07.2025

La situación política en Colombia se ha tornado cada vez más tumultuosa bajo el liderazgo del presidente Gustavo Petro, quien, tras una semana de logros, ahora enfrenta una serie de crisis que ponen en tela de juicio su administración. La reciente renuncia de la canciller Laura Sarabia, una de sus más cercanas colaboradoras, ha marcado el inicio de un periodo de incertidumbre que parece no tener fin. La primera señal de este descontento se produjo cuando Sarabia decidió dar un paso al costado debido a desacuerdos con Petro sobre la licitación para la impresión de pasaportes, un tema que ha sido motivo de fricción desde el inicio de su mandato.


A solo unas horas de la renuncia de Sarabia, el panorama político se oscureció aún más con la solicitud de una orden de captura contra Carlos Ramón González, exdirector del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE). Este hecho, que señala un posible escándalo de corrupción, dejó a muchos preguntándose sobre la integridad de los funcionarios que rodean al presidente. Mientras la crisis se desarrollaba, Petro optó por el silencio respecto a la situación de González, lo que ha generado críticas sobre su falta de respuesta ante un asunto tan grave.


La tercera y más impactante crisis se originó en el ámbito internacional, tras las “declaraciones infundadas” que el presidente hizo en relación a su exministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva. El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, decidió llamar a consultas a su embajador interino en Bogotá, lo que evidencia una tensión creciente en las relaciones bilaterales. La respuesta de Petro fue llamar también a su embajador en Washington, marcando un acto que, aunque puede ser visto como una defensa, también refuerza la percepción de que las relaciones con Estados Unidos están en un punto crítico.


El presidente, sin embargo, se mostró inexpresivo ante estas crisis y continuó con su agenda, denunciando una supuesta “junta del narcotráfico” con sede en Dubái y reafirmando su compromiso con la lucha contra el crimen transnacional. A pesar de la tormenta que se avecina, Petro parece decidido a no dejarse intimidar. En una reciente ceremonia, reiteró su disposición a colaborar con el expresidente Donald Trump para abordar los problemas del narcotráfico, pero también evitó profundizar en temas más delicados como la situación de sus colaboradores investigados.


Uno de los puntos más críticos en esta serie de crisis es la relación del presidente con Estados Unidos, que ya había sufrido un golpe a principios de año por decisiones controversiales sobre la migración. La advertencia de Rubio sobre la "profunda preocupación" por el estado actual de la relación bilateral resuena como un llamado de atención para el gobierno colombiano. Este nuevo episodio indica que, a pesar de ser un "aliado estratégico", Estados Unidos no está dispuesto a pasar por alto las acciones del gobierno de Petro.


En el ámbito interno, la salida de Sarabia no solo afecta la dinámica del gabinete, sino que también destaca el dilema del presidente respecto a su terquedad en la reestructuración de la expedición de pasaportes. Sarabia había instado a dar una prórroga a la firma actual encargada de este servicio, pero Petro se mantuvo firme en su decisión de cambiar el sistema, ignorando las advertencias de su ahora exministra. La imprenta nacional aún no está lista, y el futuro de la expedición de pasaportes se ha dejado en manos de un nuevo secretario que, hasta ahora, ha sido un fiel seguidor del presidente.


El círculo cercano de Petro ha visto cambios significativos en un periodo corto, y la cercanía de sus colaboradores con investigaciones por corrupción añade una capa de incertidumbre a su mandato. Las acusaciones contra González, quien se encuentra en el centro de un escándalo vinculante que involucra a otros altos funcionarios, plantean serias preguntas sobre la capacidad de Petro para gobernar en un entorno donde la corrupción parece estar cada vez más arraigada.


En medio de estas crisis, el gobierno había celebrado logros como la aprobación de reformas laborales y pensionales. Sin embargo, la felicidad parece efímera en el contexto actual, donde las crisis se acumulan y la percepción pública sobre la administración de Petro podría verse afectada. Los recientes acontecimientos destacan la fragilidad de su gobierno y la dificultad para mantener un gabinete cohesivo frente a la creciente presión interna y externa.


El futuro de la administración de Petro se presenta incierto. Con tres crisis que evidencian los talones de Aquiles del presidente, la pregunta que queda en el aire es si podrá navegar este tumultuoso camino hacia adelante o si, por el contrario, se verá arrastrado por las corrientes de la desconfianza y las acusaciones. En un entorno político tan volátil, el tiempo dirá si las sonrisas de la Casa de Nariño volverán a ser la norma o si, definitivamente, se han desvanecido en medio del caos.

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