Keiko Fujimori enfrenta juicio por lavado de activos en escándalo Odebrecht: un hito en la política peruana.

La política peruana Keiko Fujimori se presentó en la apertura del juicio al que se enfrenta por lavado de activos en el escándalo de Odebrecht, un caso que ha mantenido en vilo a la nación sudamericana y que podría marcar un antes y un después en la historia política del país. Ante la jueza Juana Caballero, Fujimori escuchó cómo se daba inicio al proceso judicial que podría llevarla tras las rejas por hasta 30 años, en un momento crucial para su futuro y el de su partido, Fuerza Popular. Desde que el equipo especial de fiscales "Lava Jato" comenzó a investigar a Keiko Fujimori hace seis años, la sombra de la corrupción ha oscurecido su trayectoria política. La hija del ex presidente Alberto Fujimori, quien obtuvo amnistía en 2023 tras cumplir una condena por violación de derechos humanos en Perú, se enfrenta ahora a la justicia por presuntamente haber financiado sus campañas electorales de 2011 y 2016 con dinero proveniente de Odebrecht, la empresa constructora brasileña en el centro de uno de los mayores escándalos de corrupción en la región. En una sala repleta de expectación, Keiko Fujimori se identificó como presidenta del partido Fuerza Popular y detalló su salario mensual, mientras la fiscalía presentaba sus argumentos iniciales en un juicio que se prevé extenso y complejo, con más de 1,500 testigos citados. El fiscal José Domingo Pérez llegó a la audiencia bajo estrictas medidas de seguridad, reflejando la sensibilidad y la importancia de este caso para la sociedad peruana. Las acusaciones contra Keiko Fujimori son contundentes: se le señala por presuntamente haber recibido 1.2 millones de dólares de Odebrecht en un esquema de sobornos destinados a garantizar contratos en el país. Mientras tanto, en las afueras del tribunal, seguidores de la política clamaban por su inocencia, enfrentándose a manifestantes contrarios a su figura en un reflejo de la división que suscita su caso en la opinión pública. El escándalo de corrupción de Odebrecht en Perú ha salpicado a diversos ex presidentes del país, incluyendo a Pedro Pablo Kuczynski, Ollanta Humala, Alan García y Alejandro Toledo, entre otros. La revelación de millonarios sobornos a políticos peruanos ha sacudido los cimientos de la política nacional y ha generado una profunda desconfianza en las instituciones, alimentando un sentimiento de indignación y exigencia de justicia por parte de la ciudadanía. Keiko Fujimori, de 49 años, ha mantenido su inocencia a lo largo de las investigaciones, aunque en el pasado cumplió 16 meses de prisión preventiva. Ahora, la fiscalía solicita una condena de 30 años y 10 meses de cárcel para la tres veces candidata presidencial, quien enfrenta cargos que van desde lavado de activos hasta obstrucción a la justicia, en un caso que podría marcar un hito en la lucha contra la corrupción en el país andino. La presencia de Keiko Fujimori en el juicio por lavado de activos en el escándalo de Odebrecht representa un capítulo crucial en la historia política de Perú, con implicaciones que van más allá de la figura de la líder de Fuerza Popular. En un contexto de crisis de confianza en las instituciones y de demanda de transparencia, la resolución de este caso marcará un precedente en la lucha contra la corrupción y en la rendición de cuentas de los líderes políticos en el país.