El surgimiento del juicio político como arma partidista: Se avecinan amenazas para la Administración Biden.
Peter Baker examina el aumento del juicio político como un arma partidista, con los republicanos amenazando con el juicio político contra altos funcionarios de Biden. Sin embargo, las posibilidades de condena parecen mínimas, lo que destaca la disminución de la importancia del juicio político como una herramienta de responsabilidad. Ahora el juicio político se ve como una táctica política en lugar de un serio control de poder, lo que contribuye al declive de las normas en las instituciones de Washington. La administración de Biden, aunque frustrada, ve el juicio político como un pensamiento secundario.
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Peter Baker, un periodista que ha cubierto tres procesos de destitución presidencial y ha escrito dos libros sobre el tema, explora el surgimiento del juicio político como arma de guerra partidista. El artículo se centra en el reciente aumento de amenazas de juicio político contra altos funcionarios de la administración de Biden por parte de los republicanos, siguiendo el ejemplo del ex presidente Donald J. Trump.
Si la Cámara procede con la recomendación del comité y destituye a Alejandro N. Mayorkas, secretario de seguridad nacional, sería la primera vez en la historia de Estados Unidos que un funcionario de gabinete en ejercicio enfrenta un juicio político. Sin embargo, Mayorkas no está solo en este sentido. Los republicanos también han presentado artículos de juicio político contra el presidente Biden y varios otros altos funcionarios, incluyendo al secretario de Estado Antony J. Blinken, al secretario de Defensa Lloyd J. Austin III, al fiscal general Merrick B. Garland y al director del FBI Christopher A. Wray.
Las amenazas de juicio político se han convertido en una táctica favorita entre los republicanos, alimentadas por el deseo de venganza de Trump después de sus propios dos juicios políticos mientras estaba en el cargo. Sin embargo, a menos que haya revelaciones impactantes, las posibilidades de que Mayorkas o Biden sean condenados en el Senado parecen mínimas. Los demás funcionarios también parecen estar a salvo de acusaciones formales por parte de la Cámara.
Lo que una vez se consideró un serio control contra la corrupción y el abuso de poder, desarrollado por los fundadores, ahora corre el riesgo de convertirse en una mera herramienta política en las amargas batallas partidistas de hoy en día. Las dos absoluciones de Trump demostraron que un presidente podía mantenerse en el cargo independientemente de la gravedad de sus transgresiones, siempre y cuando su partido lo apoyara. Los recientes esfuerzos de juicio político durante la era Biden han sido desestimados como mera política.
Según Jack Goldsmith, profesor de la Facultad de Derecho de Harvard y ex alto funcionario del Departamento de Justicia bajo el presidente George W. Bush, el juicio político ha perdido su importancia como mecanismo de rendición de cuentas del poder ejecutivo. Lo ve como parte de una disminución más amplia de las normas en las instituciones de Washington y de la creciente politización de las herramientas legales para causar daño político.
Aunque los actuales procesos de juicio político han causado cierta frustración para la administración de Biden, especialmente para Mayorkas, quien emitió una carta desafiante antes de que el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara votara a favor de los artículos de juicio político en su contra siguiendo líneas partidistas, el tema del juicio político apenas tiene importancia en el Ala Oeste de Biden. A diferencia de administraciones anteriores, el juicio político es ahora un pensamiento secundario para el equipo de Biden.