Las crisis aplazadas de 2023 preparan el escenario para la volatilidad en 2024: examinando las tensiones en Oriente Medio, Ucrania, China y más.
2023 ha sido un año de esquivar balas, pero las consecuencias de nuestras estrechas escapadas podrían alcanzarnos en 2024. El resultado de la pandemia nos ha dejado agotados y financieramente afectados, mientras que Estados Unidos sigue distraído y dividido. Esto prepara el escenario para autoritarios ambiciosos y una posible sacudida del orden global. Oriente Medio está en tensión, con Hamas e Israel enfrascados en brutales ataques, y Hezbollah optando por una participación limitada. La pregunta persiste: ¿un conflicto a gran escala entre Israel y Hezbollah beneficia los intereses de Irán, o la unidad contra Irán supera la acción en favor de la causa palestina?
En medio de todo esto, la invasión de Ucrania por parte de Rusia se presenta como la crisis de seguridad global más significativa. La moral ucraniana se ha visto afectada debido a los retrasos en la ayuda de Estados Unidos y la Unión Europea. Con la estrategia inquebrantable de Rusia y su tolerancia a las pérdidas humanas, el panorama parece sombrío para Ucrania. La asistencia occidental es vital para su supervivencia, pero reconocer la magnitud de los desafíos puede poner en peligro la financiación estadounidense. Por otro lado, Rusia ha superado obstáculos internos para el gobierno de Putin, lo que plantea la pregunta de si su resurgimiento en el frente es temporal o una ganancia estratégica. La seguridad europea está en juego, ya que el avance de Rusia en Ucrania acercaría a Moscú a las fronteras de la OTAN, exponiendo la desunión de Occidente.
Aunque China aún no ha invadido Taiwán, las dificultades demográficas y económicas a las que se enfrenta podrían llevar a errores en política exterior en un futuro cercano. El estado de las potencias nucleares mundiales también es
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2023 ha sido un año de casi accidentes y posibles desastres, pero las crisis que han sido aplazadas probablemente lleguen a su punto crítico en 2024. El agotamiento y la tensión financiera del mundo post-Covid, combinados con un Estados Unidos distraído y dividido, sientan las bases para la ambición autoritaria y una posible convulsión del orden global. Oriente Medio sigue en tensión mientras Hamas e Israel se enfrentan en brutales ataques, con la limitada participación de Hezbollah sugiriendo una decisión calculada para evitar un conflicto mayor. La pregunta sigue siendo si un conflicto a gran escala entre Israel y Hezbollah beneficia a Irán, o si el enfoque en la unidad contra Irán supera la acción en favor de la causa palestina.
Mientras tanto, la invasión de Ucrania por parte de Rusia se cierne como la crisis de seguridad global más grave. El estancamiento en la ayuda de Estados Unidos y la Unión Europea ha dañado la moral ucraniana, y con la estrategia inflexible y la tolerancia de Rusia hacia las pérdidas humanas, la situación parece sombría para Ucrania. La asistencia occidental es crucial para su supervivencia, pero admitir la magnitud de los desafíos puede implicar la pérdida de financiamiento estadounidense. Por otro lado, Rusia ha superado los desafíos internos al gobierno de Putin y se enfrenta a la pregunta de si su resurgimiento en el frente será temporal o una ganancia estratégica. Las apuestas para la seguridad europea son altas, ya que los avances de Rusia en Ucrania acercarían a Moscú a las fronteras de la OTAN y expondrían la falta de unidad occidental.
Aunque China aún no ha invadido Taiwán, los desafíos demográficos y económicos a los que se enfrenta podrían llevar a excesos en su política exterior en un futuro cercano. El estado de las potencias nucleares del mundo también es motivo de preocupación, con tensiones en Estados Unidos, Rusia, China, Israel, India, Pakistán y Corea del Norte. A medida que se acerca 2024, el mundo se encuentra en una posición precaria, aunque lo peor puede que no suceda. La esperanza sigue siendo que las crisis puedan ser gestionadas, pero la necesidad de prudencia, unidad y acción decisiva nunca ha sido más evidente.