Cuba enfrenta una crisis energética sin precedentes con apagones masivos diarios

Cuba enfrenta una crisis energética sin precedentes con apagones masivos diarios

Esto significa que más de la mitad de los bombillos en todo el país estarán apagados a la fuerza en el horario pico, el momento de mayor demanda energética, que tiene lugar durante la tarde-noche de este martes

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Cuba se encuentra en una situación de crisis energética sin precedentes, ya que este martes se anticipa que más del 52% de la isla, la cifra más alta del año, se verá afectada por apagones. Esta alarmante estadística, proporcionada por la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE), revela un déficit de generación que ha alcanzado un nivel crítico, lo que significa que millones de cubanos se quedarán sin suministro eléctrico durante el horario pico, cuando la demanda es mayor.


La UNE, cuyo funcionamiento depende del Ministerio de Energía y Minas, ha proyectado que la capacidad máxima de generación eléctrica para el día será de 1.556 megavatios (MW), mientras que la demanda esperada asciende a 3.080 MW. Esta disparidad ha llevado a un déficit de 1.524 MW, lo que obligará a la empresa a desconectar varias líneas para evitar un colapso total en el sistema eléctrico. En total, se prevé que 1.594 MW sean desconectados en la tarde-noche, lo que impactará gravemente la vida cotidiana de los cubanos.


La crisis energética en Cuba no es nueva, pero su intensidad ha aumentado drásticamente en los últimos meses. Desde finales de agosto, el país ha enfrentado apagones programados que se han vuelto normales en la rutina diaria de muchos cubanos. En La Habana, los habitantes deben lidiar con cortes de electricidad de al menos cinco horas diarias, mientras que en Santiago de Cuba solo se garantiza el suministro eléctrico por cuatro horas al día, dejando a la población en un estado de incertidumbre y frustración.


La situación se ha vuelto más crítica desde que se produjeron dos desconexiones totales del Sistema Energético Nacional (SEN) este año, el primero de los cuales fue causado por una avería en la termoeléctrica Antonio Guiteras, una de las más importantes del país. Este incidente dejó a toda la nación a oscuras durante días, y a su vez, el paso del huracán Rafael apenas unas semanas después contribuyó a agravar la situación.


El contexto actual de la crisis se ve alimentado por la falta de combustible, un problema que deriva de la escasez de divisas para importarlo. Los problemas se agravan por el estado obsoleto de las centrales termoeléctricas, muchas de las cuales superan los 40 años de antigüedad. Esta combinación de factores ha llevado a una situación de déficit crónico en inversión y mantenimiento, lo que perpetúa un ciclo de ineficiencia en el sistema eléctrico cubano.


Las repercusiones de los apagones son significativas y se extienden más allá de la falta de electricidad. La economía cubana, que ya se contrajo un 1,9% en 2023, sufre gravemente debido a la inestabilidad del suministro energético. Las constantes interrupciones afectan la producción industrial, el comercio y la vida diaria de los ciudadanos, exacerbando una crisis económica que ya ha llevado a muchos a buscar oportunidades en el extranjero.


El descontento social también ha comenzado a manifestarse de manera más evidente en la isla. La migración masiva ha sido una respuesta de muchos cubanos a las difíciles condiciones de vida, y las inusuales protestas que se han reportado desde 2021 reflejan un creciente malestar con la gestión gubernamental. La falta de soluciones efectivas para la crisis energética ha alimentado este descontento, haciendo que muchos cuestionen la capacidad del gobierno para abordar los problemas fundamentales que enfrenta el país.


A pesar de la complejidad de la situación, las autoridades cubanas han anunciado que se están llevando a cabo esfuerzos para mejorar la situación eléctrica. Sin embargo, la falta de recursos y la necesidad de reformas estructurales profundas hacen que cualquier cambio significativo en el corto plazo parezca poco probable.


Mientras tanto, los cubanos continúan lidiando con la incertidumbre diaria que les traen los apagones, enfrentándose a la falta de luz y, con ello, a la interrupción de sus rutinas, su trabajo y su vida familiar. La crisis energética en Cuba, lejos de ser un desafío técnico, se ha convertido en un símbolo de la lucha del pueblo cubano por sobrevivir en tiempos difíciles y de su deseo de un futuro mejor.

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