El sueño de calidad, clave en la prevención del Alzheimer y la demencia en España

El sueño de calidad, clave en la prevención del Alzheimer y la demencia en España

El estilo de vida tiene que ver con el estado físico, pero también con la salud mental, que se ve alterada por una dieta inadecuada, la ausencia de ejercicio, f

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 07.01.2025

La preocupación por el Alzheimer y otras formas de demencia está en aumento en España, donde más de 800.000 personas actualmente padecen esta enfermedad. Cada año, casi 50.000 nuevos casos se suman a esta estadística alarmante, un fenómeno que preocupa tanto a médicos como a familias. En este contexto, el neurocientífico Russell Foster, de la Universidad de Oxford, ha realizado una importante contribución al debate sobre el papel del sueño en la salud cognitiva, sugiriendo que un hábito simple pero efectivo podría ser clave en la prevención de la demencia.


Foster, un destacado experto en neurociencia circadiana, ha enfatizado la trascendencia del sueño de calidad en la salud general del ser humano. En su obra "El tiempo de vida: la nueva ciencia del reloj corporal y cómo puede revolucionar su sueño y su salud", pone de relieve cómo los ciclos biológicos afectan nuestra cotidianidad y, sobre todo, nuestra salud mental. Según él, la falta de sueño no debería ser considerada un logro, una creencia errónea que persiste en la sociedad actual. De acuerdo con su investigación, la calidad del sueño es fundamental para el bienestar psicológico y físico.


La relación entre el sueño y la salud cognitiva es clara. Foster ha advertido que las personas mayores de 50 años deben priorizar un descanso adecuado si desean disminuir el riesgo de desarrollar demencia. Es crucial entender que no todos los que duermen mal desarrollarán la enfermedad; sin embargo, la falta de sueño se identifica como un factor de riesgo significativo, especialmente para quienes ya tienen predisposición genética al Alzheimer.


Uno de los hallazgos más preocupantes de la investigación de Foster es el papel de la proteína beta amiloide, que se acumula en el cerebro cuando la calidad del sueño es deficiente. Esta sustancia ha sido asociada con niveles elevados de demencia y Alzheimer. Durante el sueño, el cerebro realiza un proceso de limpieza natural, eliminando esta proteína dañina. Cuando este proceso se interrumpe, como ocurre con la falta de sueño, se pueden desencadenar deterioros cognitivos desde la misma noche de insomnio.


El neurocientífico también ha llamado la atención sobre los efectos inmediatos de una noche sin dormir. Asegura que incluso una única mala noche incrementa los niveles de beta amiloide, un indicio de que el deterioro cognitivo puede iniciar antes de lo que se pensaba. Esta revelación subraya la importancia de no solo dormir, sino de hacerlo en un ambiente propicio y con una rutina adecuada que favorezca la higiene del sueño.


Además, Foster indicó que la ansiedad es un factor que puede afectar negativamente la calidad del sueño. Aboga por abordar las causas subyacentes de la ansiedad en lugar de depender de la medicación como solución a largo plazo. La gestión del estrés y la ansiedad puede resultar vital para mejorar no solo la calidad del sueño, sino también la salud mental en general.


La comunidad médica está comenzando a prestar más atención a estos hallazgos, y es probable que en el futuro se desarrollen estrategias preventivas que incluyan la promoción de buenos hábitos de sueño. La educación sobre la importancia del descanso adecuado debe ser una prioridad, no solo para aquellos en riesgo, sino para la población en general.


La voz de Russell Foster resuena en un ámbito donde la prevención del Alzheimer es crítica, y su enfoque puede ofrecer una luz de esperanza en la lucha contra esta devastadora enfermedad. Con medidas simples como un mejor descanso nocturno, se podría mejorar la calidad de vida de millones y reducir la carga que la demencia representa para la sociedad.


En conclusión, la relación entre el sueño y la salud cognitiva es un campo de estudio que promete ofrecer respuestas valiosas en la lucha contra el Alzheimer. La investigación que respalda la importancia de un buen descanso no solo es relevante para quienes ya enfrentan problemas de memoria, sino que puede ser una herramienta crucial en la prevención de enfermedades neurodegenerativas en la población mayor. La educación y concienciación sobre esto son pasos vitales hacia un futuro más saludable.

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