España deroga prohibición y abre puertas a trasplantes de órganos de donantes VIH+

España deroga prohibición y abre puertas a trasplantes de órganos de donantes VIH+

España deroga la prohibición de trasplantes de órganos de donantes VIH+, marcando un avance en la política de salud y desestigmatizando la enfermedad.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Salud 07.01.2025

El anuncio realizado por el Ministerio de Sanidad de España, en coincidencia con el Día Mundial del SIDA, marca un hito significativo en la evolución de la normativa sobre trasplantes de órganos. La decisión de avanzar en la derogación de la orden ministerial que, desde 1987, prohibía el uso de órganos de donantes con VIH, representa no solo una actualización en la política de salud, sino también un cambio de paradigma en la percepción de la enfermedad. La medida sigue la tendencia global de considerar el VIH como un virus más, en lugar de como un estigma, y se alinea con las prácticas ya implementadas en otros países donde esta política ha demostrado ser segura y efectiva. Históricamente, la relación entre el VIH/SIDA y el trasplante de órganos ha estado marcada por el miedo y la desinformación. Desde los inicios de la pandemia en los años ochenta, la comunidad médica y la sociedad en general reaccionaron con cautela ante el virus, lo que llevó a la implementación de criterios restrictivos que, en muchos casos, resultaron en la exclusión de donantes potenciales. Estos criterios, que incluían la descalificación de individuos homosexuales o aquellos con antecedentes de uso de drogas intravenosas, reflejaban un contexto en el que el conocimiento sobre el VIH era limitado y el miedo a la transmisión era palpable. La orden ministerial de 1987, aunque basada en el conocimiento de la época, se convirtió en un obstáculo para el avance en la donación de órganos por parte de individuos seropositivos. Mientras que otros virus han visto un enfoque más flexible en su tratamiento, la normativa sobre el VIH se mantuvo rígida, dificultando la posibilidad de utilizar órganos de donantes que portaban el virus. Esto no solo limitaba las opciones de trasplante, sino que perpetuaba un estigma que ha acompañado a la población afectada por el VIH durante décadas. Con el progreso en las terapias antirretrovirales y el aumento en la comprensión del VIH, se comenzaron a realizar trasplantes en pacientes seropositivos en otros países a finales de los años noventa. En España, el primer trasplante renal en un individuo VIH+ se llevó a cabo en 2001, abriendo la puerta a una serie de intervenciones que progresivamente fueron normalizando esta práctica. En este sentido, el reconocimiento de que los pacientes seropositivos pueden ser receptores de órganos ha evolucionado, permitiendo que más de 800 personas hayan recibido trasplantes desde entonces. En años recientes, la experiencia internacional ha avalado la seguridad de los trasplantes de órganos de donantes VIH+. Las conclusiones de estudios realizados en Estados Unidos y Sudáfrica demuestran que los resultados son comparables entre receptores de órganos VIH+ y VIH-, lo que ha llevado a una mayor aceptación de esta práctica en diversas naciones. Sin embargo, España se había mantenido al márgen de esta tendencia, lo que ahora comienza a cambiar con la propuesta de derogación de la normativa restrictiva. Estudios recientes estiman que en la última década se descartaron numerosos donantes por ser portadores del virus, privando potencialmente a muchos pacientes de la posibilidad de recibir un trasplante. A partir de ahora, con la nueva normativa en camino, se espera que más donantes VIH+ puedan contribuir a salvar vidas. Aunque las cifras de trasplantes resultantes de esta medida no sean abrumadoras, cada intervención representa una oportunidad valiosa para aquellos que lo necesitan. Las estimaciones apuntan a que un número limitado de donantes VIH+ contribuiría a un número aún más restringido de trasplantes. Sin embargo, la importancia de esta decisión radica en su valor simbólico y en su contribución a la normalización del VIH en la sociedad. La ONT enfatiza que la donación debe considerarse un derecho y una opción válida para todos, independientemente de su estado serológico. Finalmente, esta decisión no solo tiene implicaciones prácticas en el ámbito de la salud, sino que también representa un cambio importante en la percepción social del VIH. La eliminación de barreras legales que restringen la donación de órganos por parte de individuos seropositivos es un paso hacia la desestigmatización de la enfermedad y un reconocimiento de la dignidad y derechos de todas las personas, independientemente de su condición de salud. Así, España avanza hacia una nueva era en la donación de órganos, donde la ética, la ciencia y la humanidad se entrelazan para ofrecer una oportunidad de vida a quienes más lo necesitan, reafirmando que la solidaridad y la generosidad no conocen barreras.

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