Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La interdependencia comercial entre Perú, Estados Unidos y China se ha convertido en un tema candente en el contexto de la guerra comercial que persiste entre las dos potencias. Esta situación plantea tanto retos como oportunidades para la economía peruana, que encuentra en estos países a sus principales socios comerciales. Según la Asociación de Exportadores (Adex), China concentra el 34% de las exportaciones peruanas, mientras que Estados Unidos recibe casi el 13%. En conjunto, ambos representan un asombroso 47% de los envíos peruanos al mundo. El cierre del 2024 mostró que las exportaciones a China alcanzaron los 25,000 millones de dólares, impulsadas mayoritariamente por la venta de minerales y productos pesqueros. Por otro lado, Estados Unidos sumó aproximadamente 9,500 millones de dólares, destacándose en la compra de productos no tradicionales como frutas y confecciones. Este escenario resalta la dificultad que tendría Perú para sustituir estos volúmenes exportables en caso de que las tensiones comerciales afecten las relaciones con ambos países. Edgar Vásquez, director del Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales (CIEN) de Adex, advirtió que el 90% de las exportaciones a China son minerales, mientras que el 70% de los envíos a Estados Unidos son productos con valor agregado. Estas cifras subrayan la dependencia económica que Perú tiene de estos mercados, lo que hace que la diversificación sea una necesidad imperante. "Es fundamental que como estrategia empresarial busquemos diversificar tanto los mercados como los productos", comentó Vásquez. En la búsqueda de nuevas oportunidades, la Unión Europea, India y Canadá se perfilan como mercados alternativos, sin embargo, su potencial aún está lejos de igualar el volumen de negocios con Estados Unidos y China. Vásquez subrayó que el gobierno peruano debe actuar con anticipación, fortaleciendo relaciones diplomáticas y comerciales y explorando nuevos tratados de libre comercio para mitigar el impacto de una eventual contracción en las exportaciones hacia sus principales socios. Jaime Dupuy, director ejecutivo de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú), coincidió con esta perspectiva y destacó que Perú cuenta con una amplia red de acuerdos comerciales que le permiten no depender exclusivamente de Estados Unidos y China. Según Dupuy, los países asiáticos representan un mercado clave para las exportaciones no tradicionales, así como también América Latina, que ofrece oportunidades importantes para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) peruanas. El mercado regional, que abarca países como Chile, Colombia y Ecuador, ha demostrado ser un destino atractivo para las exportaciones no tradicionales. Dupuy enfatizó que el 99% del tejido empresarial peruano está compuesto por mipymes, que podrían beneficiarse de una mayor integración comercial en la región. Esta estrategia contribuiría a diversificar los riesgos asociados a la dependencia de los mercados más grandes. El análisis de Vásquez también sugiere que hay margen para mejorar los acuerdos comerciales dentro de América Latina. Países como Argentina, Brasil y Uruguay podrían convertirse en aliados comerciales estratégicos. Se están llevando a cabo negociaciones con Guatemala y El Salvador, lo que abre nuevas posibilidades para el comercio peruano en la región. Sin embargo, el futuro no está exento de incertidumbres. Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China podrían llevar a una serie de repercusiones, incluyendo la posibilidad de que ambos países entren en negociaciones y que las medidas arancelarias se intensifiquen. Esto podría traducirse en oportunidades a corto plazo para las exportaciones peruanas, especialmente en el sector textil y metalmecánico, pero también conlleva el riesgo de una desaceleración económica que afecte las ventas al exterior. Dupuy advirtió que la guerra comercial podría alterar las cadenas globales de valor, lo que resultaría en una menor demanda de materias primas peruanas por parte de China si sus compras a Estados Unidos disminuyen. Este escenario podría influir en los precios de los minerales que Perú exporta, afectando la estabilidad de su economía. Por último, el riesgo de que Estados Unidos revise sus tratados de libre comercio, incluido el acuerdo vigente desde 2009, se mantiene latente. La posibilidad de que las tensiones comerciales continúen o se intensifiquen coloca a Perú en una encrucijada, obligando al país a replantear su estrategia comercial y a diversificar sus mercados de exportación para asegurar un futuro más estable y menos dependiente de las fluctuaciones del comercio global. Aunque los desafíos son significativos, también se abren oportunidades para un crecimiento más sostenible y diversificado en el comercio exterior.