Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En la noche del 17 de mayo, un trágico accidente con un buque de la Armada de México tuvo lugar en las aguas de Nueva York, un evento que ha dejado a la nación en estado de luto. La embarcación, el buque escuela Cuauhtémoc, colisionó con la base del icónico puente de Brooklyn mientras se encontraba en una gira de buena voluntad. A bordo viajaban 277 personas, la mayoría de ellas cadetes en formación, y aunque muchos resultaron heridos, la noticia más desgarradora fue la confirmación de dos muertes. Las víctimas fatales han sido identificadas como América Yamilet Sánchez, una cadete de 21 años de Xalapa, Veracruz, y Adal Jair Maldonado Marcos, un marinero originario de Salina Cruz, Oaxaca. Según reportes, ambos se encontraban en los mástiles del buque en el momento del impacto. La joven América era una estudiante dedicada de la Heroica Escuela Naval Militar y se distinguía no solo por su compromiso con la institución, sino también por su trayectoria como nadadora. La tragedia ha dejado un vacío en su comunidad, que la recuerda con cariño y respeto. Familiares de América han expresado su profundo dolor tras la pérdida, destacando su carácter admirable y su dedicación a los estudios. Su madre ha compartido que su hija estaba en formación para convertirse en ingeniera naval, y la describió como una “guerrera” y una “soldado” con un corazón abierto. En su ciudad natal, un altar improvisado con flores y fotos ha sido erigido en su memoria, reflejando el impacto que su vida y su trágica muerte han tenido en quienes la conocieron. El marinero Adal Jair Maldonado Marcos, aunque menos conocido públicamente, también ha dejado una huella en su comunidad. Su fallecimiento ha sido lamentado por el ayuntamiento de San Mateo del Mar, que ha expresado sus condolencias a la familia. Se ha reportado que Maldonado había pasado los últimos nueve meses embarcado en el Cuauhtémoc, lo que refleja su dedicación al servicio en la Armada. Ante la magnitud del accidente, las autoridades mexicanas han comenzado una investigación conjunta con sus contrapartes estadounidenses para esclarecer las causas del choque. El titular de la Secretaría de la Armada de México, el almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, ha asegurado que se está llevando a cabo un proceso con “transparencia y responsabilidad”. Se ha revelado que el buque navegaba en dirección contraria cuando colisionó con el puente, y el capitán ha afirmado que perdió el control de la embarcación debido a un fallo en el timón. La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, ha expresado su pesar a través de redes sociales, extendiendo su apoyo a las familias afectadas y reconociendo la valía de la cadete fallecida. La comunidad veracruzana se ha unido en duelo, mostrando solidaridad hacia las familias de las víctimas y también hacia los cadetes heridos, quienes, según informes, están mejorando. La Secretaría de la Armada ha informado que se activaron todos los protocolos de atención médica y apoyo institucional desde el primer momento del accidente. Las familias de los heridos están siendo contactadas para brindarles el respaldo necesario en estos momentos difíciles. Las autoridades han prometido mantener informadas a las familias sobre el estado de los heridos y el avance de la investigación. El Cuauhtémoc, conocido como el “embajador de los mares” de México, estaba en medio del crucero de instrucción “Consolidación de la Independencia de México 2025”, que tiene como objetivo fortalecer los lazos internacionales del país a través de visitas a 22 puertos en 15 naciones. Sin embargo, tras esta tragedia, las actividades programadas serán reevaluadas, y se espera que la Armada de México tome decisiones prudentes a medida que se esclarezcan los hechos. La comunidad naval y la sociedad en general enfrentan un momento de reflexión ante esta tragedia. Las historias de América y Adal Jair son un recordatorio trágico de los riesgos que conllevan las actividades navales y la dedicación que los cadetes y marineros tienen hacia su país. A medida que se avanza en la investigación, la esperanza es que se tomen medidas que eviten que un accidente de esta magnitud vuelva a ocurrir en el futuro.
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