Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un contexto económico incierto, el Banco Central de Reserva (BCR) ha decidido mantener su proyección de crecimiento económico para el año en curso en un modesto 3.1%. Esta cifra fue confirmada por su presidente, Julio Velarde, en una reciente conferencia de prensa en la que abordó las expectativas para el futuro inmediato y la situación actual del país. Velarde, con su habitual cautela, señaló que si bien el crecimiento se sostendrá en 3.1%, existe un "sesgo al alza" que podría permitir una revisión más optimista hacia finales de 2024. El BCR también ha mantenido su proyección de crecimiento de la inversión privada en un 2.3%, lo que sugiere que, aunque se han visto avances, la confianza en el ámbito privado aún no alcanza niveles que permitan un despegue más significativo. A pesar de este panorama, se espera que la inversión pública tenga un papel preponderante, con un crecimiento estimado del 13.7%, superior al 12% que se pronosticó en junio. Este aumento en la inversión pública podría ser un motor fundamental para el crecimiento económico, especialmente en un momento en el que se busca reactivar la economía post-pandemia. El presidente del BCR subrayó que, si bien hay un crecimiento en la inversión empresarial, lo que está afectando negativamente el panorama es la inversión en el sector residencial. Este punto es crucial, ya que la inversión residencial ha sido tradicionalmente un pilar importante para la economía nacional. La desaceleración en este sector podría ser indicativa de problemas más profundos en el mercado inmobiliario, que requieren atención inmediata para evitar que la situación se agrave. Velarde también abordó el tema del déficit fiscal, señalando que se espera que este alcance el 3.3% del Producto Bruto Interno (PBI), una cifra que supera el 2.8% proyectado hace tres meses. Este aumento en el déficit es preocupante, ya que sugiere que el gobierno podría estar enfrentando retos adicionales en la gestión de sus finanzas públicas. Además, el Marco Macroeconómico Multianual prevé un déficit del 2.8% del PBI, lo que implica que, si se materializa la proyección del BCR, el país no cumpliría con la regla fiscal por segundo año consecutivo. La situación fiscal plantea serias interrogantes sobre la sostenibilidad de las políticas públicas y la capacidad del gobierno para mantener el equilibrio financiero. Los analistas advierten que un déficit fiscal elevado podría limitar la capacidad del Estado para invertir en áreas cruciales como educación, salud e infraestructura, lo que a su vez podría frenar el crecimiento a largo plazo. Otro aspecto a considerar es el impacto de la inversión pública en la economía. Un aumento en los desembolsos del gobierno puede ayudar a estimular la actividad económica, pero es fundamental que estos recursos se utilicen de manera eficiente y efectiva para garantizar que generen un impacto positivo en el crecimiento. La calidad de la inversión pública es tan importante como la cantidad, y sin un enfoque estratégico, el riesgo de malgastar recursos es elevado. Las proyecciones del BCR también reflejan un entorno internacional complejo, donde factores como la inflación y las tensiones geopolíticas pueden influir en la economía local. La incertidumbre global es un desafío constante que el país deberá navegar con cuidado, utilizando las herramientas a su disposición para mitigar los efectos negativos que puedan surgir. En resumen, mientras el BCR mantiene su proyección de crecimiento del 3.1% para este año, la situación fiscal y la inversión privada plantean serias preocupaciones para el futuro económico del país. Es imperativo que tanto el gobierno como el sector privado colaboren en la creación de un clima de confianza que fomente la inversión y que se tomen decisiones estratégicas que aseguren la sostenibilidad del crecimiento a largo plazo. La economía nacional enfrenta importantes desafíos, pero también oportunidades que, si se manejan adecuadamente, podrían llevar a un resurgimiento en los próximos años.