La falta de agua generará pérdidas de S/ 250 millones

La falta de agua generará pérdidas de S/ 250 millones

La falta de agua generará pérdidas de S/ 250 millones. El presidente de la Junta de Usuarios Chancay - Lambayeque, Ramón Ríos Asenjo, advierte que de no registrarse lluvias, la sequía se prolongaría hasta fin de año, pues el recurso hídrico se priorizo para el consumo de la población. También alertó posible alza de precios de productos agrícolas

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Economía y Finanzas HACE 22 HORAS

La situación hídrica en la región Lambayeque se está convirtiendo en un tema de creciente preocupación, con repercusiones económicas que podrían alcanzar los S/ 250 millones. La alerta fue lanzada por Ramón Ríos Asenjo, presidente de la Junta de Usuarios Chancay-Lambayeque, quien destacó que la falta de agua podría poner en riesgo aproximadamente veinticinco mil áreas de cultivo. Esta alarmante realidad afecta a mil productores que dependen del recurso hídrico para llevar a cabo sus actividades agrícolas.


El último riego que recibieron los cultivos tuvo lugar a finales de octubre, y los agricultores están a la espera de un nuevo pase de agua programado para fines de noviembre. Sin embargo, esta necesidad se ve complicada por la priorización del recurso hídrico para el abastecimiento de la población, según lo establecido por el Proyecto Especial Olmos Tinajones (PEOT). "Es entendible que se priorice el agua para el consumo humano, pero los cultivos también requieren atención urgente", apuntó Ríos Asenjo.


La situación se agrava debido a que, bajo condiciones normales, los cultivos deberían recibir riego cada 30 a 40 días. Con la escasez actual, este proceso se está viendo comprometido, lo que podría llevar a la pérdida de miles de productos agrícolas. Ríos Asenjo enfatizó que la única esperanza para los agricultores radica en la posibilidad de lluvias en las zonas altas en los próximos días, que serían fundamentales para salvar las áreas de cultivo.


Entre los cultivos más vulnerables se encuentran aquellos de ajo, caña de azúcar y frutales, que requieren atención constante durante todo el año. De no presentarse precipitaciones adecuadas, las campañas de arroz y azúcar, que son cruciales para la economía de la región, estarían igualmente en riesgo. "La campaña de arroz es una de las más fuertes en el Valle Chancay-Lambayeque y su inicio está programado para diciembre, pero si no llueve, no será posible", advirtió Ríos Asenjo.


El impacto económico de esta crisis hídrica no se limita solo a la producción; también podría tener consecuencias en los precios de los productos agrícolas en el mercado. Según el líder agrícola, si las cosechas de azúcar y arroz no se llevan a cabo, es probable que los precios se disparen en los próximos meses. "Los empresarios a veces simulan una escasez ficticia para aumentar los precios, y los consumidores deben estar alerta ante esta situación", agregó.


La situación actual es crítica. El 24 de octubre, el PEOT suspendió el abastecimiento de agua debido a la falta de lluvias y al bajo nivel de almacenamiento en el reservorio de Tinajones, que actualmente alberga solo 39 millones de metros cúbicos. Humberto Nieto Idrogo, jefe de Operaciones de la Gerencia de Operación y Mantenimiento del PEOT, explicó que se están realizando evaluaciones semanales de las condiciones hidrológicas con la esperanza de reanudar el suministro de agua y garantizar el inicio de la campaña de arroz 2024-2025.


La consecuencia más inmediata de la escasez de agua será la decisión de no sembrar más de mil hectáreas de arroz en las zonas de Chongoyape y La Ramada. Este hecho no solo afecta a los productores directamente involucrados, sino que también tiene un impacto significativo en la cadena de suministro y en la economía local.


La comunidad agrícola de Lambayeque se encuentra en una encrucijada. La falta de agua no solo amenaza sus medios de vida, sino que también pone en peligro la seguridad alimentaria de la región y, potencialmente, del país. Mientras las autoridades evalúan soluciones a este problema, los agricultores siguen esperando la llegada de lluvias que podrían cambiar el rumbo de sus cultivos y de su economía.


Este contexto resalta la necesidad de un enfoque sostenible y estratégico en la gestión del agua. La coordinación entre las autoridades responsables, los agricultores y la comunidad en general es crucial para abordar esta crisis y asegurar un futuro más resiliente ante los efectos del cambio climático y la variabilidad climática. La situación demanda acción inmediata, no solo para enfrentar la escasez actual, sino también para prever y mitigar los efectos de futuras sequías.

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