Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un rincón de la ciudad de Salamanca, al margen del bullicio urbano, se erige el CREA, el Centro de Referencia Estatal de atención a personas con enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Este centro, que se ha convertido en un pilar fundamental para la atención y la investigación en torno a estas patologías, fue creado a raíz de la ley de dependencia, un esfuerzo por establecer recursos estatales que respondieran a las necesidades de un colectivo que a menudo queda en el olvido: las personas con demencia y sus familias. En palabras de su directora gerente, Maribel Campo, el CREA no es solo un lugar donde se brinda asistencia; su misión va mucho más allá. Se enfoca en la investigación y la generación de conocimiento, buscando no solo entender mejor las demencias, sino también desarrollar intervenciones que mejoren la calidad de vida de quienes las padecen. Este enfoque proactivo es esencial, especialmente en un contexto donde se prevé que el número de casos de Alzheimer se triplique para el año 2050, lo que representa un desafío sin precedentes para nuestro sistema de salud. El CREA se distingue por su enfoque en terapias no farmacológicas, que han demostrado tener un impacto positivo en el bienestar de los pacientes. Estas intervenciones, que incluyen desde la musicoterapia hasta la roboterapia, son valoradas por su capacidad de adaptarse a las necesidades individuales y por su bajo coste de implementación. Maribel resalta que, desde 2008, han utilizado una foca robótica como herramienta de estimulación social, que ha mostrado resultados prometedores en la reducción de la agitación y en la mejora de las interacciones. El compromiso del CREA con la investigación no se limita a sus propias actividades. Colaboran con universidades, asociaciones y fundaciones, lo que les permite compartir su conocimiento y experiencia a nivel nacional e internacional. Enrique Pérez, responsable del área de investigación, señala que sus estudios y publicaciones han llegado a más de 30 países, evidenciando el valor del modelo de atención y la innovación que se desarrolla en el centro. Este intercambio de información es crucial, especialmente en un campo donde la evidencia científica está en constante evolución. La atención a las familias de los pacientes es otra de las piedras angulares del trabajo del CREA. La carga emocional y física que supone cuidar a una persona con demencia es inmensa, y es por ello que el centro ofrece recursos educativos y apoyo a los cuidadores. Desde escuelas de familias hasta alojamientos temporales, el CREA busca empoderar a quienes están en primera línea, proporcionando herramientas que les ayuden a manejar la compleja realidad del cuidado diario. Los programas del centro están diseñados para adaptarse a los distintos niveles de deterioro cognitivo de sus usuarios. Desde el Servicio de Intervención Integral Ambulatoria para personas con deterioro cognitivo leve hasta programas residenciales para aquellos en fases más avanzadas, cada intervención se personaliza a través de un Programa Individual de Intervención (PAI). Este enfoque integral asegura que cada paciente reciba el apoyo necesario para mejorar su calidad de vida y la de sus familiares. La plantilla del CREA está compuesta por un equipo multidisciplinario de casi 100 profesionales que trabajan en conjunto para ofrecer un tratamiento integral. Este enfoque es vital, ya que cada paciente presenta un conjunto único de necesidades que requieren la colaboración de médicos, psicólogos, terapeutas ocupacionales y trabajadoras sociales, entre otros. La importancia de esta colaboración se pone de manifiesto en el proceso de evaluación exhaustivo que cada nuevo ingreso debe atravesar, garantizando que las intervenciones se alineen con los objetivos establecidos. A medida que el CREA continúa desarrollándose, sus iniciativas futuras prometen expandir aún más su impacto. Desde la creación de una vivienda piloto con tecnología avanzada que facilite la vida independiente de personas con demencia, hasta la integración de nuevas herramientas como impresoras 3D para personalizar productos de apoyo, el centro se mantiene a la vanguardia de la innovación en el cuidado de la demencia. Sin embargo, los desafíos son grandes. Con una población que envejece y un aumento previsto en los casos de demencia, es fundamental que la sociedad reconozca la urgencia de este problema. La labor del CREA no es solo una tarea aislada, sino una respuesta a una crisis que afecta a miles de familias. Crear conciencia y apoyar iniciativas como esta es esencial para garantizar que todas las personas afectadas reciban la atención y el respeto que merecen. La labor del CREA, junto con sus esfuerzos por compartir conocimiento y formar a futuros profesionales, es un modelo que podría y debería replicarse en otros lugares. Al hacerlo, no solo se mejora la calidad de vida de los pacientes con demencia, sino que también se proporciona un respiro a sus cuidadores, creando un ecosistema de apoyo que beneficia a toda la comunidad. En un futuro donde la demencia será una realidad más común, la labor del CREA se convierte en un faro de esperanza y un ejemplo de cómo la investigación y la atención pueden ir de la mano para transformar vidas.