Brasil enfrenta arancel del 50% de EE.UU. y busca estrategias para contrarrestarlo

Brasil enfrenta arancel del 50% de EE.UU. y busca estrategias para contrarrestarlo

El vicepresidente Geraldo Alckmin refirió que en marzo pasado se abrió un canal de diálogo con Washington.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Economía y Finanzas HACE 10 HORAS

El Gobierno brasileño se encuentra en una encrucijada tras el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump, quien el 9 de julio comunicó un arancel del 50 % sobre productos brasileños, alegando una relación comercial "muy injusta". En respuesta, la administración del presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha convocado a industriales y empresarios del agro a una serie de reuniones que buscan trazar una estrategia efectiva para contrarrestar esta medida que podría afectar gravemente la economía del país.


El vicepresidente brasileño, Geraldo Alckmin, quien también lidera la cartera de Industria y Comercio, subrayó la importancia de estas conversaciones al señalar que la primera reunión se llevará a cabo el 15 de julio a las 10:00 horas, con el objetivo de evaluar el impacto del arancel en diversas industrias, incluyendo aviación, aluminio, acero, autopartes, muebles, entre otros. La segunda reunión, programada para las 14:00 horas, estará enfocada en sectores específicos como el cárnico y pesquero, así como en los cultivadores de frutas y miel.


Alckmin, en declaraciones a la prensa, calificó la decisión de Trump como "completamente inadecuada" y cuestionó las afirmaciones de la Casa Blanca sobre un supuesto superávit comercial que Brasil tendría con Estados Unidos. "Brasil no tiene superávit comercial con EE.UU. Por el contrario, ocho de los diez productos que exporta con mayor frecuencia tienen arancel cero", argumentó, reafirmando la posición brasileña de no aceptar de manera pasiva la imposición de aranceles.


El Gobierno brasileño no ha solicitado prórrogas para el inicio de este arancel, previsto para el 1 de agosto, y ha desmentido rumores sobre intentos de reducir la tasa por medio de negociaciones. "No tiene ningún fundamento, el Gobierno no ha solicitado ninguna prórroga del plazo", aseguró Alckmin, marcando una postura firme ante la medida anunciada por Trump.


A medida que las conversaciones se llevan a cabo en Brasil, Alckmin también ha manifestado la intención de establecer un diálogo con empresas estadounidenses, destacando la interdependencia económica entre ambos países. "Somos el tercer mayor comprador de carbón siderúrgico estadounidense. Fabricamos acero plano y lo vendemos a EE.UU.", ilustró, resaltando la complejidad de las relaciones comerciales que podrían verse comprometidas por las nuevas tarifas.


Además, se ha planificado una reunión entre el Gobierno brasileño y funcionarios estadounidenses, que incluirá a representantes de la Secretaría de Comercio de EE.UU. y otros actores clave. Esta iniciativa busca abrir un canal de diálogo que permita gestionar la agenda bilateral y las políticas arancelarias de manera más efectiva.


El trasfondo político de esta disputa comercial incluye tensiones adicionales, ya que Trump ha vinculado su anuncio al caso judicial que enfrenta el expresidente Jair Bolsonaro, lo que ha llevado a Lula a responder con firmeza, defendiendo la legitimidad de las instituciones brasileñas y exigiendo respeto por parte del mandatario norteamericano.


En este contexto, Lula ha dejado claro que, aunque está dispuesto a dar una oportunidad a las negociaciones, no dudará en imponer aranceles recíprocos si las conversaciones no avanzan de manera satisfactoria. La estrategia del Gobierno brasileño parece estar enfocada en la defensa de su economía y en la protección de sus sectores productivos, en un entorno internacional cada vez más incierto.


Así, Brasil se prepara no solo para enfrentar el desafío inmediato del tarifazo, sino también para reafirmar su posición en el comercio global, en un momento en que las dinámicas económicas y políticas entre países se tornan más complejas. Las decisiones que se tomen en los próximos días serán cruciales para determinar el rumbo de las relaciones comerciales entre Brasil y Estados Unidos, así como el impacto que esto tendrá en la economía brasileña en el futuro cercano.

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