EE.UU. impone arancel del 17,09% a tomates mexicanos y desata tensiones comerciales

EE.UU. impone arancel del 17,09% a tomates mexicanos y desata tensiones comerciales

México ha advertido que esa medida arancelaria recaerá en los consumidores estadounidenses, porque tendrán que pagar más por el alimento.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Economía y Finanzas HACE 11 HORAS

El reciente anuncio del Departamento de Comercio de Estados Unidos (DOC) sobre la imposición de un arancel del 17,09% a la importación de tomates mexicanos ha encendido alarmas tanto en México como en el sector agrícola estadounidense. Esta medida se produce tras la decisión de Washington de retirarse del acuerdo de 2019 que había suspendido una investigación antidumping sobre los tomates importados de México, lo que se considera una práctica comercial injusta para los productores norteamericanos. El secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, subrayó que esta decisión busca proteger a los agricultores estadounidenses que, según él, han sufrido por las prácticas comerciales desleales que han llevado a la reducción de precios de productos como el tomate.


La imposición de este arancel no es un hecho aislado, sino que se inscribe en una serie de acciones que la administración de Donald Trump ha tomado en los últimos años para reconfigurar las relaciones comerciales con sus vecinos, particularmente México. Este tipo de medidas, que también incluyen amenazas previas de aranceles del 30% y tasas del 20,9%, reflejan un enfoque más agresivo hacia el comercio internacional, lo cual ha llevado a tensiones diplomáticas y económicas.


Desde el otro lado de la frontera, la respuesta del gobierno mexicano ha sido contundente. Las secretarías de Economía y Agricultura del país manifestaron su desacuerdo con esta decisión, considerándola injusta y perjudicial no solo para los productores mexicanos, sino también para la industria estadounidense. En su comunicado, resaltaron que la calidad del tomate mexicano ha sido la razón de su creciente presencia en el mercado estadounidense, argumentando que no se basa en prácticas desleales. Esta defensa llega en un momento en que la relación entre ambos países es crucial, dado que México es uno de los principales proveedores de tomates frescos en EE.UU.


El impacto de estos aranceles podría ser significativo para ambos lados de la frontera. Los funcionarios mexicanos han advertido que la medida podría traducirse en precios más altos para los consumidores estadounidenses. Según ellos, dos de cada tres tomates consumidos en Estados Unidos provienen de México, lo que hace que sea prácticamente imposible sustituir esta oferta en el corto plazo. El secretario de Agricultura de México, Julio Berdegué, enfatizó que los costos de esta medida recaerán sobre los consumidores, encareciendo productos básicos como el kétchup y las ensaladas.


El contexto de esta decisión es importante. El acuerdo de suspensión que había estado en vigor desde 2019 se había creado para facilitar un comercio más equilibrado y justo entre ambos países, y su ruptura refleja un cambio en la estrategia estadounidense que podría tener repercusiones duraderas. Las advertencias sobre las consecuencias económicas de esta medida no son infundadas, y los economistas sugieren que un aumento en los precios de los tomates podría repercutir en toda la cadena de suministro de alimentos en EE.UU.


Las negociaciones previas entre ambos países no lograron alcanzar un nuevo acuerdo, lo que ha llevado a situaciones tensas. La falta de un entendimiento ha hecho que Washington opte por una solución unilateral que, según muchos analistas, podría resultar contraproducente. En un mundo cada vez más interconectado, las decisiones que afectan a un sector específico pueden tener efectos colaterales en toda la economía.


Mientras las autoridades mexicanas prometen seguir apoyando a sus productores y explorar nuevos mercados internacionales como una solución a la crisis, la incertidumbre persiste. Las tensiones comerciales no solo amenazan la estabilidad económica, sino que también podrían tener un impacto en las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos, fundamentales para la cooperación en múltiples áreas.


La situación actual es un recordatorio de cómo las políticas comerciales pueden afectar a la economía cotidiana de las personas, tanto en México como en Estados Unidos. La búsqueda de un equilibrio entre proteger a los productores nacionales y mantener relaciones comerciales saludables es un desafío que ambos países deben enfrentar en un entorno global cambiante.


A medida que las reacciones continúan surgiendo, tanto en el ámbito político como en el económico, la esperanza es que las negociaciones puedan reanudarse y conducir a un acuerdo que beneficie a ambos países. Sin embargo, mientras los aranceles estén en vigor, el futuro del comercio de tomates entre México y EE.UU. se presenta incierto, y ambos países deberán navegar por un terreno complicado.

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