Juan Brignardello Vela
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La crisis que atraviesa la selección peruana de fútbol ha llegado a un punto crítico, con la inminente salida de Jorge Fossati como director técnico. En un contexto donde la Federación Peruana de Fútbol (FPF), bajo la presidencia de Agustín Lozano, se encuentra bajo un intenso escrutinio debido a los desalentadores resultados en las Eliminatorias Sudamericanas 2026, el futuro del equipo nacional luce incierto. La selección ocupa actualmente la última posición de la tabla, acumulando únicamente 7 puntos de 36 posibles, lo que desata la preocupación entre los aficionados y la dirigencia. El proceso de reestructuración comenzó hace algunas semanas con la destitución de Juan Carlos Oblitas, quien ejercía como Director General de Fútbol. Esta medida fue solo un indicio de que la FPF reconocía la necesidad de un cambio profundo. Fossati, quien asumió el cargo a finales del 2023, tuvo la difícil tarea de revertir una situación complicada, pero la falta de resultados positivos ha llevado a la decisión de que no continúe en su puesto. Según reportes del periodista Gustavo Peralta, en la última reunión del directorio de la FPF, celebrada el 13 de diciembre, se acordó por consenso que Fossati debía dejar su cargo. Aunque la noticia aún no se ha hecho oficial, parece que los pasos para formalizar su salida están en marcha. La cuestión económica es uno de los puntos que se está negociando, específicamente la cláusula de indemnización que la FPF tendría que desembolsar para finalizar el contrato del entrenador. Fossati ha estado al mando de la selección peruana en 13 encuentros, logrando 4 victorias, de las cuales solo 3 fueron en amistosos. La racha de resultados adversos incluye 5 derrotas y 4 empates, lo que ha exacerbado la frustración de una afición que esperaba un rendimiento más competitivo de su selección. En este contexto, es comprensible que la directiva de la FPF busque un cambio drástico para tratar de revitalizar al equipo. En su breve etapa, Fossati no pudo encontrar la fórmula para enderezar el rumbo del equipo nacional. Su historial incluye un empate 1-1 contra Colombia y victorias importantes, pero también dolorosas caídas ante Brasil y Argentina, que evidencian la necesidad de un ajuste inmediato en la estrategia del equipo. Este desempeño ha llevado a cuestionar no solo su capacidad como técnico, sino también la dirección que ha tomado la selección en los últimos años. El próximo desafío para la selección peruana será ante Bolivia, programado para el 20 de marzo de 2025, en el Estadio Nacional de Lima. Este encuentro será crucial no solo para sumar puntos en la eliminatoria, sino también para determinar el rumbo del equipo en los próximos ciclos. La elección del nuevo entrenador será fundamental en este proceso, y los aficionados esperan que la FPF tome una decisión que revitalice al equipo. La situación actual ha generado un clima de incertidumbre y expectativa entre los seguidores de la Bicolor. La afición, que ha respaldado históricamente a su selección, se encuentra preocupada por el futuro inmediato del equipo. La responsabilidad de restaurar la confianza y la competitividad recaerá en los hombros del nuevo cuerpo técnico, que deberá trabajar arduamente para cambiar la percepción de la selección ante los hinchas y la crítica especializada. Mientras tanto, dentro de la FPF se están realizando intensas negociaciones para asegurar una transición adecuada que permita al nuevo entrenador llegar con tiempo suficiente para preparar al equipo. La búsqueda de un perfil que no solo tenga experiencia, sino también un enfoque renovador, se vuelve esencial en este momento de crisis. La historia reciente del fútbol peruano sugiere que la unión y el compromiso son vitales para enfrentar adversidades. Es un momento crucial para el fútbol peruano, donde las decisiones que se tomen en las próximas semanas pueden definir el rumbo del equipo durante las Eliminatorias. La presión es alta y los ojos de los aficionados están puestos en cómo la FPF manejará esta reestructuración y qué rumbo tomará la selección peruana en un contexto tan desafiante. El desafío es monumental, pero la esperanza de un futuro más prometedor sigue viva entre los hinchas.