La hipertensión sin tratar puede elevar el riesgo de alzhéimer hasta en un 42%

La hipertensión sin tratar puede elevar el riesgo de alzhéimer hasta en un 42%

Un nuevo estudio ha encontrado que las personas con hipertensión no tratada pueden tener más riesgo de alzhéimer; el tratamiento con fármacos elimina esta difer

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud HACE 7 HORAS

La hipertensión es una condición médica que afecta a más del 42% de la población adulta en España, según la Revista Española de Cardiología. Este dato alarmante subraya la importancia de prestar atención a esta enfermedad, especialmente dado su vínculo con condiciones de salud graves como los accidentes cardiovasculares. Sin embargo, un nuevo estudio ha revelado que los peligros de la hipertensión van más allá de los problemas cardiovasculares, extendiéndose a riesgos cognitivos que pueden afectar la calidad de vida de millones de personas.


Publicado en la revista Neurology, el estudio de un equipo de investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) proporciona un análisis exhaustivo sobre los efectos de la hipertensión no tratada en la salud cerebral. En total, el meta-análisis reunió datos de más de 31,000 personas mayores de 60 años, con una edad media de 72, y encontró que aquellos con hipertensión sin tratar enfrentan un riesgo de desarrollar alzhéimer que es un 42% mayor que aquellos que controlan su presión arterial.


El seguimiento realizado durante un promedio de cuatro años reveló que, de los participantes, más de 1,400 desarrollaron alzhéimer. Significativamente, el 9% de los individuos tenía hipertensión sin tratar, un 51% estaba bajo tratamiento farmacológico y un 36% no padecía hipertensión. Este desglose pone de manifiesto la prevalencia de la hipertensión en la población y la necesidad urgente de tratamiento.


Los hallazgos del estudio son especialmente preocupantes, ya que después de ajustar otros factores que podrían influir en el desarrollo de la enfermedad, se determinó que aquellos con hipertensión sin tratamiento tienen un riesgo un 36% mayor de padecer alzhéimer en comparación con quienes no padecen la enfermedad. Cuando se compara este grupo con aquellos que sí estaban recibiendo tratamiento, el riesgo aumenta hasta un 42%.


Aunque los investigadores no han aclarado el mecanismo exacto mediante el cual la hipertensión contribuye al alzhéimer, es evidente que la presión arterial elevada puede afectar el flujo sanguíneo en regiones críticas del cerebro. Este efecto puede ser devastador, ya que una circulación sanguínea comprometida puede llevar a daño cerebral irreversible.


Además, la hipertensión arterial no solo está relacionada con el alzhéimer, sino también con la demencia vascular, un tipo de deterioro cognitivo que puede coexistir con la enfermedad de Alzheimer y agravar sus síntomas. Esta conexión refuerza la necesidad de abordar la hipertensión no solo como una condición médica aislada, sino como un factor que puede desencadenar una serie de problemas de salud interrelacionados.


La combinación de estos hallazgos resalta la importancia de la detección y tratamiento de la hipertensión, especialmente en la población de edad avanzada. Con un porcentaje tan alto de adultos que sufren de esta condición, es fundamental que los médicos y los sistemas de salud prioricen la identificación de la hipertensión y fomenten su tratamiento adecuado.


La investigación sugiere que el simple acto de controlar la presión arterial podría tener repercusiones significativas en la salud cerebral a largo plazo. Por lo tanto, es vital que los profesionales de la salud eduquen a sus pacientes sobre la importancia de monitorear su presión arterial y de seguir un tratamiento, en caso de ser necesario.


En conclusión, la hipertensión no es una condición que deba tomarse a la ligera. Con el creciente conocimiento sobre sus efectos en la salud cognitiva, es urgente que tanto la comunidad médica como la población en general reconozcan la relación entre la hipertensión y el alzhéimer. La prevención y el tratamiento de esta condición son pasos cruciales para asegurar un futuro más saludable y con mayor calidad de vida para las personas mayores.

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