Trump asume un segundo mandato con promesas radicales y controversiales en su agenda

El nuevo mandato de Donald Trump, que comienza el 20 de enero, se presenta cargado de promesas audaces y designaciones controvertidas. Con la intención de implementar un programa radical, el magnate ha anunciado la firma de una serie de decretos que buscan, entre otras cosas, llevar a cabo una “deportación masiva” de inmigrantes indocumentados. Sin embargo, su enfoque no se limita únicamente a la inmigración; temas como el control sobre el Canal de Panamá, la imposición de aranceles a México y la resolución del conflicto en Ucrania también están en el centro de su agenda. Para materializar sus ambiciosos objetivos, Trump ha elegido a un equipo de leales que, aunque carecen de la experiencia tradicional para los altos cargos que ocuparán, comparten su ideología y visión. El analista en temas de Defensa e Inteligencia, Andrés Gómez de la Torre, ha identificado cuatro características comunes entre los funcionarios designados: muchos son abogados, hay una fuerte presencia de cubanos en la política exterior, se incluyen figuras del establishment de la seguridad nacional y hay conservadores ligados a diversas religiones. El enfoque de la nueva administración en América Latina girará principalmente en torno a la migración y las políticas consulares. La crisis de migrantes venezolanos y la creciente influencia de China en la región son dos temas que seguramente dominarán las conversaciones. Además, la lucha contra el narcotráfico, especialmente en relación al fentanilo, se vislumbra como una prioridad, con propuestas que contemplan la posibilidad de declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Un cambio notable en la dinámica geopolítica de la región se anticipa con Argentina, donde Javier Milei, un ferviente aliado de Trump, asumirá el liderazgo. Esto podría desplazar a Brasil del rol de interlocutor clave de Estados Unidos, lo que, según Gómez de la Torre, podría reconfigurar las relaciones hemisféricas en función del entendimiento entre Buenos Aires y la nueva administración de Trump. Este segundo mandato se dará en un contexto donde los republicanos controlan el Congreso, lo que le otorga a Trump una libertad de acción sin precedentes. Sin las presiones de una posible reelección, hay expectativas de que sus políticas de exterior y seguridad se implementen de manera más agresiva y decidida. Dentro de su equipo, destaca la figura de Marco Rubio, un político con raíces cubanas que ha sido un crítico constante del régimen de Maduro en Venezuela. También se le ha escuchado hablar de la necesidad de reconsiderar las licencias petroleras a empresas como Chevron. La elección de Rubio como secretario de Estado sugiere un enfoque más beligerante hacia las naciones de América Latina. Otro nombramiento polémico es el de Pete Hegseth como secretario de Defensa. Su carrera en medios de comunicación, especialmente en Fox News, ha generado críticas sobre su idoneidad para liderar el Pentágono, aunque Trump ha elogiado su libro sobre el bienestar de los miembros de las Fuerzas Armadas. La nominación de Hegseth, un exmilitar con un enfoque conservador, refleja el deseo de Trump de mantener una política de defensa alineada con sus propios principios. Kristi Noem, gobernadora de Dakota del Sur, asumirá el cargo de secretaria de Seguridad Nacional, donde será responsable de implementar las políticas de inmigración que Trump ha prometido. Su compromiso de revertir las políticas de su predecesor y llevar a cabo deportaciones masivas señala una continuidad con el enfoque enérgico de Trump hacia la inmigración. El nombramiento de Thomas Homan como "zar de la frontera" también indica la intención de adoptar una postura severa en la política migratoria. Homan, quien ya fue figura destacada del ICE durante el primer mandato de Trump, ha sido un defensor de las políticas de separación familiar y ha prometido llevar a cabo una operación de deportación sin precedentes. Por último, la figura de Stephen Miller, un arquitecto de las políticas de inmigración más controvertidas de Trump, vuelve a emerger como un líder clave en la administración. Su influencia en temas como la prohibición de ciudadanos de países mayoritariamente musulmanes y su papel en la separación de familias migrantes reflejan un enfoque que podría llevar a un endurecimiento aún mayor de las políticas migratorias si Trump logra implementar su agenda. En resumen, el segundo mandato de Donald Trump se perfila como un periodo de acción radical, con un equipo que refleja su ideología y un enfoque decidido hacia temas que han polarizado a la sociedad estadounidense. Las decisiones que tome en los primeros días de su administración serán cruciales no solo para el futuro de Estados Unidos, sino también para las relaciones internacionales, especialmente en América Latina. Con un panorama complejo y polarizado, el mundo observa con atención cómo se desarrollará esta nueva etapa del liderazgo de Trump.