Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En las polvorientas calles de Ica, un joven llamado Hugo Sotil descubrió su pasión por el fútbol. Nacido el 18 de mayo de 1949 en un entorno de pobreza, el 'Cholo' no solo soñaba con cambiar su destino; sabía que el camino pasaba por el balón. Desde sus primeros pasos en el deporte, la cancha se convirtió en su refugio, un lugar donde las adversidades se transformaban en jugadas mágicas y goles inolvidables. Esta devoción por el fútbol lo llevó a ser fichado por el Deportivo Municipal, el equipo que le abriría las puertas hacia un futuro brillante. Con una mezcla de talento innato y una determinación inquebrantable, el 'Cholo' Sotil se enfrentó a obstáculos que habrían desalentado a muchos. En una época en la que pocos futbolistas latinoamericanos lograban cruzar el Atlántico, su fichaje por el FC Barcelona en 1973 marcó no solo un hito en su carrera, sino también en la historia del fútbol peruano. En el equipo catalán, Sotil formó una dupla letal con Johan Cruyff, un vínculo que trascendía el campo de juego y se cimentaba en una profunda amistad. "Como jugador era un genio, como persona lo máximo", expresó Sotil sobre su compañero, quien dejó una huella imborrable en su vida. Uno de los momentos más memorables de su carrera tuvo lugar en el Santiago Bernabéu, donde anotó el último gol en una histórica victoria de 5-0 contra el Real Madrid. Esta hazaña no solo quedó grabada en la historia del club, sino que también resonó con fuerza en el corazón de los peruanos, quienes vitoreaban su nombre en las gradas. La conexión de Sotil con su país fue inquebrantable, y aunque el fútbol europeo le otorgaba reconocimiento mundial, su lealtad a Perú nunca flaqueó. En 1975, durante la final de la Copa América en Caracas, Sotil desafió las reglas del FC Barcelona para representar a su país. Sin entrenamiento previo y tras un largo viaje, anotó el gol que le dio el título a Perú, convirtiéndose en un héroe nacional. "Mamita, campeonamos!", le dijo a su madre emocionado, un testimonio de su amor por su familia y su nación. Este acto de valentía y devoción al país no solo consolidó su estatus como figura icónica, sino que también dejó una lección de compromiso para las futuras generaciones de futbolistas. La carrera de Sotil lo llevó de vuelta a Perú, donde brilló nuevamente con Alianza Lima, equipo en el que ganó el bicampeonato en 1977 y 1978. A pesar de sus éxitos, nunca dejó de ser una persona humilde y accesible. En una entrevista memorable, aconsejó a los jóvenes futbolistas que entrenaran con dedicación y cuidado, advirtiéndoles sobre la fugacidad de la carrera futbolística. “El fútbol es una carrera corta y hay que aprovecharla al máximo”, enfatizó, dejando un legado que va más allá de los goles y los trofeos. La vida personal de Sotil fue igualmente rica y significativa. Junto a su esposa Guillermina Eche, tuvo varios hijos, entre ellos Johan, quien siguió sus pasos en el fútbol profesional. La familia siempre fue un pilar en su vida, apoyándolo en sus triunfos y en momentos difíciles. Su hija Valeria, en particular, se convirtió en un soporte fundamental durante sus últimos años, gestionando atención médica y recursos para su padre. Hugo Sotil era un hombre de fe, que nunca ocultó su devoción a Dios y al Señor de los Milagros. Esta espiritualidad lo acompañó a lo largo de su vida, ayudándolo a superar los desafíos y a mantener los pies en la tierra a pesar de sus logros. Su carácter y su forma de ver la vida se reflejaban en los consejos que daba a los jóvenes, subrayando la importancia del esfuerzo y la dedicación. A medida que la noticia de su fallecimiento se difundió, tanto el FC Barcelona como Alianza Lima rindieron homenaje a su legado. La figura del 'Cholo' Sotil trasciende el fútbol; se ha convertido en un símbolo de perseverancia, un testimonio viviente de que los sueños, sin importar cuán grandes o lejanos parezcan, pueden hacerse realidad con esfuerzo y pasión. Hoy, su legado vive en las nuevas generaciones de futbolistas y soñadores que ven en él un modelo a seguir. Desde las calles de Ica hasta los estadios más prestigiosos del mundo, Hugo Sotil demostró que, cuando hay determinación y amor por lo que se hace, no existen límites. La historia del 'Cholo' es un recordatorio de que el verdadero éxito se mide no solo por los logros individuales, sino también por el impacto que uno deja en la vida de los demás y en su país.