Cierre del Gobierno en EE.UU. deja a millones en incertidumbre y caos político

Cierre del Gobierno en EE.UU. deja a millones en incertidumbre y caos político

El Gobierno de Estados Unido s ha echado el cierre esta medianoche al ser incapaz de aprobar un presupuesto para mantenerse operativo. Donald Trump acusa del bloqueo a los demócratas , que no le dieron los votos que necesitaba. Mientras, estos denuncian que no pueden dar luz verde a los recortes que propone, que dejarán sin subsidios para los seguros de salud

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 02.10.2025

Estados Unidos se encuentra en un punto crítico, ya que el cierre del Gobierno, efectivo desde la medianoche del martes al miércoles, ha dejado a millones en la incertidumbre y ha puesto de relieve las profundas divisiones políticas que marcan el actual panorama estadounidense. La falta de un acuerdo entre las distintas facciones del Congreso ha llevado a la suspensión de las operaciones de muchas agencias gubernamentales, dejando a empleados públicos sin salario y afectando a servicios esenciales. La situación es especialmente grave, dado que el actual cierre se produce en un contexto de polarización política que no parece tener un final a la vista.


El origen de este cierre es la incapacidad de los republicanos y demócratas de alcanzar un consenso sobre un plan de gasto federal. A pesar de contar con una mayoría en ambas cámaras, los republicanos requieren del apoyo demócrata para alcanzar el umbral de 60 votos necesario para aprobar dicha prórroga. Esto significa que deben conseguir al menos siete votos de la oposición, algo que no sucedió antes de que la fecha límite se cumpliera. Como resultado, el Gobierno se ha quedado sin los fondos necesarios para operar, lo que ha llevado a una serie de despidos y a la paralización de servicios públicos.


En el centro de la confrontación legislativa está la financiación sanitaria. Los demócratas insisten en que cualquier acuerdo debe incluir una extensión de los subsidios del Obamacare, que son cruciales para más de 15 millones de estadounidenses. Sin embargo, el presidente Trump ha propuesto recortes que, según los opositores, dejarían a más de 24 millones de personas con primas de seguros médicos significativamente más altas. La negativa de los republicanos a aceptar las condiciones demócratas ha intensificado el conflicto, reforzando la imagen del partido opositor como el defensor de la salud pública en un clima tan polarizado.


Desde el inicio del cierre, cientos de miles de empleados públicos han sido enviados a casa sin remuneración, mientras que otros se ven obligados a trabajar sin cobrar. El presidente Trump ha comenzado a implementar un plan que prevé la eliminación de 275,000 puestos federales, lo que plantea un peligroso precedente de despidos masivos que podrían convertirse en la norma en un futuro cercano. Esto no solo afecta a los trabajadores, sino que también tiene un impacto directo en el funcionamiento de servicios públicos que muchos ciudadanos consideran esenciales.


Los servicios que se consideran esenciales, como los del FBI o el control aéreo, continuarán operando, aunque con personal reducido y sin pago, lo que genera preocupaciones sobre la eficacia de estos servicios críticos. Por otro lado, los ciudadanos se ven afectados más directamente por el cierre de instituciones culturales, parques nacionales y museos, que privan a millones de personas de acceso a bienes y servicios que son parte integral de la vida cotidiana.


Además de sus implicaciones inmediatas, este cierre podría tener un efecto a largo plazo en la estructura del Estado y la economía. La parálisis del sistema judicial, que se limitará a casos de emergencia, podría tener consecuencias devastadoras para aquellos que dependen de la justicia federal en asuntos vitales como la inmigración o la protección laboral. La incapacidad del sistema para funcionar adecuadamente podría sentar un precedente peligroso que normalice la toma de decisiones unilaterales y excepcionales.


Económicamente, un cierre prolongado amenaza con frenar el crecimiento. Históricamente, incluso los cierres breves han tenido un impacto negativo en el PIB del país, y las condiciones actuales, como un mercado laboral estancado y las tensiones comerciales, podrían hacer que las repercusiones sean aún más graves. Esto es especialmente alarmante dado que la congelación de programas de ayuda alimentaria podría dejar a millones de familias sin el apoyo que necesitan para sobrevivir.


El impacto en el sector turístico también podría ser significativo. Con los parques nacionales y monumentos cerrados, las empresas que dependen del flujo de turistas, como hoteles y aerolíneas, podrían experimentar dificultades económicas importantes. Esto se suma a las preocupaciones más amplias sobre la confianza del consumidor y la inversión, que son cruciales para la estabilidad económica del país.


La resolución de este impasse político es incierta. Las propuestas que los bloques presentarán en el Senado están previstas para fracasar en su intento de obtener los votos necesarios para su aprobación. Las acusaciones entre republicanos y demócratas continúan en aumento, y aunque el precedente de 2018 muestra que la presión pública puede forzar un acuerdo, actualmente hay pocas señales de un compromiso. La falta de voluntad para dialogar y llegar a un acuerdo podría prolongar el cierre, acentuando las tensiones y las divisiones que caracterizan a la política estadounidense en este momento.

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