El Monte Spurr muestra signos de erupción, se insta a los residentes de Anchorage a mantenerse preparados.

Los científicos están monitoreando actualmente el Monte Spurr, un estratovolcán significativo ubicado a 81 millas al oeste de Anchorage, Alaska, que ha mostrado recientemente señales alarmantes de una erupción inminente. El 7 de marzo, el volcán comenzó a liberar niveles elevados de gases volcánicos, un desarrollo que ha generado preocupaciones entre los investigadores del Observatorio de Volcanes de Alaska (AVO) y el Servicio Geológico de EE. UU. (USGS). Las emisiones de gas, provenientes tanto de la cumbre como de un respiradero lateral que no ha erupcionado desde 1992, se producen tras un prolongado período de inquietud sísmica que comenzó en abril de 2024, caracterizado por una serie de pequeños terremotos que indican el movimiento de magma dentro del volcán. La situación se intensificó con la detección de emisiones de gas por encima de los niveles normales de fondo durante los sobrevuelos aéreos del 7 y 11 de marzo. Según Matt Haney, científico a cargo en el AVO, estos hallazgos sugieren que el Monte Spurr podría erupcionar en las próximas semanas o meses, siendo el respiradero lateral del Crater Peak el sitio más probable para la explosión. Si se produce la erupción, se espera que sea explosiva, potencialmente enviando columnas de ceniza hasta 50,000 pies y resultando en una caída de ceniza peligrosa para las comunidades cercanas, incluyendo Anchorage. Las implicaciones de tal erupción serían significativas. Una erupción volcánica de esta magnitud podría producir múltiples episodios de producción de ceniza que durarían varias horas, generando condiciones potencialmente peligrosas para los residentes, incluyendo una acumulación pesada de ceniza que podría interrumpir los viajes aéreos y la vida diaria. Históricamente, las erupciones del Monte Spurr han causado daños extensos; la última erupción significativa en 1992 resultó en aproximadamente 2 millones de dólares en daños, el cierre de oficinas y riesgos para la salud de los residentes debido a la inhalación de ceniza. Además, aunque no se produjeron muertes directamente relacionadas con la erupción, se reportaron casos de infartos vinculados a la limpieza de ceniza, subrayando los riesgos para la salud humana asociados con tal actividad volcánica. Las partículas finas de ceniza representan peligros respiratorios, particularmente para personas con condiciones preexistentes como asma o bronquitis. Hasta ahora, el USGS ha clasificado el estado del Monte Spurr como 'de asesoría', indicando que está mostrando signos de aumento de la inquietud. La actividad del volcán está siendo observada de cerca para detectar nuevos desarrollos, particularmente la aparición de temblores volcánicos, que podrían indicar que el magma se está acercando a la superficie. Estos temblores difieren de los terremotos superficiales registrados anteriormente, ya que representan una sacudida más sostenida que podría preceder a una erupción. Históricamente, las erupciones en el Monte Spurr han seguido patrones de aumento de actividad sísmica y emisiones de gas, lo que hace que las observaciones actuales sean críticas para predecir el momento y la naturaleza de una posible erupción. Si bien la predicción de erupciones volcánicas es inherentemente incierta, los datos recopilados por los científicos del AVO y el USGS proporcionarán información invaluable sobre la situación en evolución. Se insta a los residentes de Anchorage y áreas circundantes a mantenerse informados y preparados mientras los científicos continúan monitoreando el Monte Spurr y evaluando la probabilidad de una erupción. La situación sirve como un recordatorio de la volatilidad geológica de Alaska y la necesidad de estar alerta ante la imprevisibilidad de la naturaleza.