El juego de poder de los Red Wings alcanza alturas históricas en el resurgimiento de la NHL en medio de desafíos.

El juego de poder de los Red Wings alcanza alturas históricas en el resurgimiento de la NHL en medio de desafíos.

El juego de poder de los Detroit Red Wings, dirigido por Todd McLellan, es histórico con un 35.4%, impulsando su ascenso en la carrera por el comodín a pesar de las recientes dificultades.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Los Detroit Red Wings están disfrutando de una temporada notable, con uno de los juegos de poder más potentes en la historia de la NHL impulsando su resurgimiento. Desde el nombramiento del entrenador en jefe Todd McLellan el 27 de diciembre, el éxito de los Red Wings en el cinco contra cuatro ha aumentado a un impresionante 35.4 por ciento, el más alto de la liga. Este renacer ha elevado al equipo desde las profundidades de la clasificación de la Conferencia Este a una posición competitiva en la carrera por el comodín. Sin embargo, a pesar de una reciente racha de seis derrotas que temporalmente descarriló su impulso, los Red Wings mostraron su poder ofensivo con una contundente victoria de 7-3 sobre los Buffalo Sabres, que incluyó tres goles en el juego de poder. A medida que avanza la temporada, los Red Wings han mantenido una impresionante tasa de éxito del 28.9 por ciento en el juego de poder, lo que lo convierte en el mejor en la historia de la franquicia y en el undécimo de todos los tiempos desde que la NHL comenzó a rastrear esta estadística en 1977. La clave de este éxito histórico radica en la integración fluida de los mejores jugadores del equipo. El juego de poder cuenta con una formidable unidad compuesta por Dylan Larkin, Lucas Raymond, Patrick Kane, Alex DeBrincat y Moritz Seider. Sus talentos individuales y su sinergia colectiva crean innumerables oportunidades de anotación, lo que convierte a los Red Wings en un desafío formidable para los equipos rivales. Patrick Kane, un jugador con una carrera legendaria y un agudo IQ hockeyístico, ha sido fundamental en el juego de poder. A pesar de tener 36 años y de haber pasado por un procedimiento significativo en la cadera, Kane mantiene la capacidad de leer el juego como pocos. Su visión le permite aprovechar lapsos defensivos, como lo evidencian sus dos goles en el juego de poder contra Buffalo, uno de los cuales provino de una rápida improvisación durante una jugada rota. Lucas Raymond, con solo 22 años, ha emergido como un dinámico creador de juego que contribuye significativamente a la eficiencia del juego de poder. Su capacidad para crear oportunidades de anotación y su impresionante cantidad de asistencias—que lo coloca en segundo lugar en la NHL—indican su creciente confianza y aptitud para situaciones de alta presión. DeBrincat y Larkin también han adoptado roles poco convencionales que contribuyen al éxito del juego de poder. DeBrincat, un goleador de 40 goles en dos ocasiones, está prosperando en una posición generalmente reservada para jugadores más grandes, mostrando su notable tiro y espíritu competitivo incluso desde la línea de gol. Larkin, tradicionalmente un anotador principal, ha abrazado la posición de bumper, donde su movimiento y capacidad para encontrar espacios abiertos lo han convertido en un activo crítico en el juego de poder. Moritz Seider, quien asumió el rol de quarterback del juego de poder tras la salida de Shayne Gostisbehere, ha sido una fuerza constante. Su capacidad para mantener vivas las jugadas y hacer pases inteligentes ha asegurado la continuidad de la efectividad del juego de poder, proporcionando a los Red Wings un defensor versátil en la zona de puntos. La combinación de habilidad, adaptabilidad y trabajo en equipo ha llevado a Detroit a las filas de élite en eficiencia del juego de poder. No es simplemente la reunión de jugadores talentosos lo que ha llevado a este éxito, sino su disposición para abrazar sus roles y trabajar cohesivamente como una unidad. A medida que continúan refinando su enfoque, los Red Wings tienen el potencial de lograr un hito en la franquicia que será recordado durante mucho tiempo en los anales de la historia de la NHL. La temporada está lejos de haber terminado, y si Detroit puede mantener este nivel de rendimiento, podría consolidar su lugar entre los equipos más exitosos de la liga en la historia del juego de poder.

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