Juan Brignardello Vela
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Deportes 13.03.2025
En un emocionante encuentro que mostró el drama y la intensidad de la Liga de Campeones, el Real Madrid se impuso a su vecino Atlético de Madrid en una apasionante tanda de penaltis tras empatar 2-2 en el marcador global. Antonio Rudiger se convirtió en el héroe inesperado, convirtiendo el penal decisivo que se escapó de las manos del portero del Atlético, Jan Oblak, permitiendo que el Real avanzara a los cuartos de final, donde se enfrentará al Arsenal.
El partido comenzó con una sorpresa para los visitantes, ya que el Atlético anotó a los 27 segundos. Un centro bien colocado de Rodrigo De Paul encontró a Conor Gallagher, quien aprovechó un momento de desliz en la defensa del Real y disparó el balón a la red, estableciendo un récord para el gol más rápido anotado por un inglés en un partido de la Liga de Campeones. La ventaja temprana del Atlético encendió al público del Metropolitano, y su equipo mantuvo una feroz energía durante toda la primera mitad, neutralizando efectivamente la amenaza del Real.
A pesar de ser superado, el Real Madrid encontró su ritmo en la segunda mitad. Una oportunidad esencial surgió cuando Kylian Mbappé fue derribado en el área, lo que llevó a una oportunidad de penalti para Vinicius Junior. Sin embargo, en medio de la atmósfera cargada que había presenciado anteriormente abusos racistas preocupantes dirigidos hacia él, Vinicius no logró convertir, enviando el balón por encima del travesaño, una rara falla en una temporada en la que había sido fiable desde el punto penal.
A medida que el partido se extendía a la prórroga, ambos equipos mostraron tenacidad, pero ninguno pudo romper el empate. La posterior tanda de penaltis comenzó con un aire de tensión, reminiscentes de encuentros pasados entre estos dos gigantes. El Real Madrid tomó una ventaja temprana, pero el drama aumentó cuando el disparo de Julián Álvarez fue anulado por un doble toque, dejando al Atlético con un atisbo de esperanza. Sin embargo, esa esperanza se desvaneció cuando el esfuerzo de Marcos Llorente dio en el travesaño, un duro golpe para el equipo local.
El último disparo de Rudiger llegó como un alivio en medio del caos, marcando un momento de redención para Madrid, que históricamente ha prosperado en escenarios de eliminación. Con esta victoria, reafirmaron su dominio en la competición europea, continuando una tendencia que les ha visto conquistar el título de la Liga de Campeones en 15 ocasiones. El equipo de Carlo Ancelotti puede que no haya deslumbrado con su rendimiento, pero mostró resiliencia y un talento para encontrar la forma de ganar cuando más importa.
Para el Atlético, la derrota dolerá. Dominó ambos partidos de la eliminatoria pero fue víctima de la cruel lotería de los penaltis, dejándolos reflexionando sobre lo que podría haber sido. Las heroicidades de sus jugadores, particularmente la enérgica actuación de Gallagher y la agonizante falla de Llorente, los atormentarán mientras reflexionan sobre su casi éxito contra sus acérrimos rivales.
Mientras el Real Madrid mira hacia su enfrentamiento en cuartos de final contra el Arsenal, la narrativa de triunfo en medio de la adversidad sigue desarrollándose, reforzando su reputación como un equipo que sabe cómo navegar las presiones del fútbol de alto nivel. Para el Atlético de Madrid, es un capítulo doloroso en una rivalidad que siempre promete más que solo un trofeo en juego.
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