Juan Brignardello Vela
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Deportes 13.03.2025
El Paris Saint-Germain (PSG) mostró una actuación emocionante en su último encuentro, marcando una transformación significativa bajo la dirección del entrenador Luis Enrique. Los líderes de la liga francesa no solo exhibieron resiliencia, sino también una nueva unidad y determinación que han redefinido la narrativa en torno al club.
Durante una intensa batalla a doble partido contra el Liverpool, el PSG superó a sus rivales ingleses en una métrica a menudo pasada por alto: la distancia recorrida. Durante 120 minutos, los parisinos corrieron más que los líderes de la Premier League, un signo revelador de su compromiso y niveles de condición física. Esto es un claro contraste con hace apenas un par de años, cuando el PSG fue criticado por su falta de disciplina defensiva y a menudo parecía desarticulado en el campo.
La culminación de este emocionante enfrentamiento llegó con Desire Doue anotando el penalti decisivo en una victoria por 4-1 en la tanda de penaltis tras terminar el partido 1-1. Sin embargo, lo que destacó fue la reacción inmediata de los jugadores: en lugar de correr hacia cada uno en celebración, se lanzaron hacia los aficionados del PSG, simbolizando un nuevo vínculo entre el equipo y su leal afición. El propietario del club, Nasser Al-Khelaifi, señaló acertadamente: "Esta temporada, la estrella es el equipo", reflejando una ética que enfatiza el esfuerzo colectivo por encima del brillo individual.
Esta evolución en la identidad del PSG contrasta marcadamente con su pasado. Anteriormente, el equipo luchaba con un vestuario dividido, y los aficionados a menudo se sentían desilusionados por las actuaciones de megaestrellas como Lionel Messi y Neymar, así como de su talento local Kylian Mbappé. El enfoque táctico, a menudo criticado por depender en exceso de la brillantez individual, ha cambiado bajo la dirección de Enrique. Los jugadores ahora muestran un hambre por trabajar unos por otros, lo cual fue particularmente evidente en sus esfuerzos de presión y defensa.
El trío de centrocampistas ha emergido como la columna vertebral de este equipo del PSG. Jugadores como Fabian Ruiz, Vitinha y Joao Neves han elevado su nivel de juego, aportando una mezcla de físico, calma y energía que ha permitido al PSG dominar la batalla en el mediocampo, incluso contra un formidable Liverpool. El contraste en las actuaciones fue palpable; el mediocampo del Liverpool, que suele ser una potencia en la Premier League, se encontró frecuentemente superado.
A pesar de su progreso, el PSG aún enfrentó desafíos, necesitando penaltis para asegurar su paso a la siguiente ronda. Enrique destacó la importancia de la portería en esta eliminatoria, elogiando a su portero Gianluigi Donnarumma por sus paradas críticas, que recordaron sus heroicidades durante la Euro 2020. Sin embargo, la inconsistencia de Donnarumma en la distribución del balón sigue siendo una preocupación, ya que sus despejes durante el partido pusieron al equipo bajo presión en momentos cruciales.
Las comparaciones entre la actual plantilla del PSG de Enrique y su antiguo equipo de España son striking. Al igual que España durante la Euro 2020, este PSG carece del abrumador poder estelar de temporadas anteriores, pero compensa con una dinámica de equipo bien equilibrada que enfatiza el juego de construcción y el control del mediocampo. Sin embargo, persiste una preocupación latente sobre la eficiencia frente a la portería. El PSG ha creado numerosas oportunidades pero a menudo ha fallado en convertirlas en ventajas significativas o victorias decisivas, un posible talón de Aquiles a medida que avanzan en la competición.
A medida que el PSG se prepara para su próximo desafío contra el Aston Villa, dirigido por Unai Emery, el anterior entrenador del club, la anticipación sigue en aumento. Históricamente, el Villa habría sido el favorito de los neutrales; sin embargo, la narrativa en evolución en torno al PSG es cautivadora. Con su compromiso con el juego en equipo y la intensidad, se espera que los aficionados sintonizen, con la esperanza de presenciar una exhibición de pases precisos e interacciones desinteresadas en lugar de depender de momentos individuales de magia.
En palabras del propio Enrique, el enfoque del equipo es claro: "Es un equipo que sale a jugar su propio fútbol, independientemente de dónde estemos jugando, nunca rindiéndose en el ataque, siempre llevándoles el juego". Esta nueva filosofía podría finalmente hacer que el PSG sea una cita obligada para los aficionados al fútbol de todo el mundo.
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