La audaz idea de la FIFA de un Mundial de 64 equipos genera debate en medio de la locura financiera del fútbol.

La audaz idea de la FIFA de un Mundial de 64 equipos genera debate en medio de la locura financiera del fútbol.

La propuesta de FIFA de expandir la Copa Mundial de 2030 a 64 equipos genera preocupaciones sobre la calidad frente a las ganancias, en medio del gasto récord del Chelsea y los desafíos de la MLS.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Deportes 08.03.2025
En una semana que epitomiza la naturaleza impredecible del fútbol, la audaz propuesta de la FIFA de expandir la Copa del Mundo 2030 a un asombroso total de 64 equipos ha suscitado tanto intriga como incredulidad en la comunidad futbolística. La sugerencia, presentada por el delegado uruguayo Ignacio Alonso durante una reunión del consejo de la FIFA, fue recibida con un "silencio atónito" pero también sugiere la disposición de la organización a priorizar el beneficio financiero sobre la integridad deportiva. A pesar del clamor que se espera a raíz de esta propuesta, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ya ha señalado su disposición a analizar la propuesta detenidamente, sugiriendo que el atractivo de los beneficios políticos y monetarios podría superar cualquier preocupación sobre la calidad de la competencia. Para poner esta expansión en perspectiva, las actuales clasificaciones de la FIFA colocan a Jordania como el 64º mejor equipo nacional, lo que genera dudas sobre el estándar competitivo que la FIFA está dispuesta a respaldar. Esta propuesta llega incluso antes de que se lleve a cabo la inaugural Copa del Mundo de 48 equipos, programada para 2026, lo que muestra una tendencia de expansión continua que deja a los puristas rascándose la cabeza. La historia de la FIFA sugiere que, cuando se enfrenta a implicaciones financieras, la organización nunca ha dudado; después de todo, su solución a la falta de interés en la ampliada Copa del Mundo de Clubes fue ofrecer un tentador premio de $1,000 millones. Si bien las tácticas financieras de la FIFA ciertamente plantean interrogantes, no son la única organización en el centro de atención esta semana. El Chelsea Football Club ha alcanzado un nuevo hito, al ensamblar oficialmente la plantilla más cara en la historia del fútbol, con un gasto total en transferencias de €1.65 mil millones (£1.39 mil millones). Esta cifra supera el récord anterior establecido por el Real Madrid en 2020, destacando los vastos recursos financieros disponibles para los clubes de la Premier League en comparación con sus contrapartes europeas. El gasto extravagante del Chelsea contrasta drásticamente con sus desafíos actuales en el campo, ya que lidian con problemas de profundidad de plantilla al recordar jugadores de préstamos en lugar de presumir de una plantilla repleta de estrellas consagradas. Mientras tanto, la Major League Soccer (MLS) también ha estado en los titulares con sus esfuerzos continuos por labrarse un lugar en el paisaje futbolístico global, impulsada por la llegada de superestrellas como Lionel Messi. Sin embargo, las estrategias de marketing de la liga están siendo puestas a prueba, ya que clubes como el Houston Dynamo han tenido que ofrecer compensaciones a los aficionados cuando Messi, para quien compraron entradas, fue descansado en un partido. Esta tendencia de regalar entradas gratuitas o con descuento cuando Messi está ausente muestra a una liga luchando con su identidad, una que aún depende en gran medida de la presencia de un talento singular para atraer audiencias. En medio de estos desarrollos de alto riesgo, el mundo del fútbol también fue testigo de un momento brillante del fútbol no profesional cuando el hijo de Paul Merson, Sam, anotó un audaz gol para el Hanworth Villa. Aunque puede que no haga titulares como las maniobras financieras de la FIFA o el derroche de gastos del Chelsea, tales momentos recuerdan a los aficionados la alegría pura que el deporte puede traer, independientemente del estatus de la liga o del poder financiero. En un deporte cada vez más dominado por implicaciones financieras y marcas globales, estas historias reflejan las absurdidades y contradicciones que caracterizan al fútbol moderno. Desde expansiones de la Copa del Mundo hasta desequilibrios financieros, el hermoso juego continúa sorprendiendo y entreteniendo, demostrando una vez más que es tan impredecible como amado.
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