La Evolución del Coaching de Freeman: La Estrategia de Seider Prepara a las Futuras Estrellas de Notre Dame.

La Evolución del Coaching de Freeman: La Estrategia de Seider Prepara a las Futuras Estrellas de Notre Dame.

La tarea introspectiva de Ja'Juan Seider para los corredores de Notre Dame refleja la visión de entrenamiento en evolución de Marcus Freeman y su enfoque en el crecimiento.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Deportes 28.02.2025
Esta semana, Ja'Juan Seider, el recién nombrado entrenador de corredores de Notre Dame, expresó un enfoque proactivo al asignar a sus jugadores una tarea introspectiva: identificar sus debilidades y áreas de mejora antes de la práctica de primavera. Esta postura proactiva no solo busca mejorar el rendimiento de los corredores—Jeremiyah Love, Jadarian Price y Aneyas Williams—sino que también refleja la evolución del entrenador en jefe Marcus Freeman mientras moldea la identidad del programa de fútbol de Notre Dame. El recorrido de Freeman en Notre Dame ha estado marcado por cambios significativos en el personal, impulsados por el deseo de alinearse con su visión para el programa. Su reciente contratación de Seider y del coordinador defensivo Chris Ash indica una creciente capacidad para expandir su red de entrenadores más allá de caras conocidas, una necesidad a medida que el éxito del programa atrae la atención de todo el fútbol universitario y la NFL. Con la mitad de su personal actual habiendo trabajado previamente con él en Cincinnati, Freeman ahora se ve obligado a explorar fuera de esos límites, allanando el camino para nuevas perspectivas y estrategias innovadoras. El traslado de Seider de Penn State a Notre Dame, junto con la extensa trayectoria de Ash, que incluye períodos en Texas y Ohio State, ilustra la disposición de Freeman a asumir riesgos calculados al contratar personal que desafíe y complemente su propia filosofía de entrenamiento. Ash, aunque menos experimentado como entrenador en jefe que Al Golden, aporta valiosos conocimientos adquiridos durante su tiempo liderando programas y trabajando junto a algunas de las figuras más respetadas en el fútbol universitario. El espíritu colaborativo del cuerpo técnico de Freeman es evidente en las relaciones formadas a lo largo del camino. El reconocimiento de Seider sobre una afinidad con Freeman, a pesar de nunca haber trabajado juntos, habla volúmenes sobre la cultura que se está cultivando en South Bend. Esta camaradería es crucial para fomentar un entorno propicio para el crecimiento, tanto de los jugadores como de los entrenadores involucrados. Además, la perspectiva de Ash sobre el entrenamiento—como alguien que ha experimentado las presiones de ser un entrenador en jefe—agrega profundidad al personal de Freeman. Ash comprende las complejidades de equilibrar el desarrollo de los jugadores con los objetivos generales del programa, un activo invaluable a medida que Freeman continúa refinando su enfoque de liderazgo. La evolución de Freeman como entrenador se destaca por su capacidad para reconocer y abordar sus puntos ciegos en la construcción de personal. Su primera transición a entrenador en jefe vino con sus desafíos, pero las mejoras observadas en sus contrataciones posteriores sugieren una madurez y confianza en su visión para el fútbol de Notre Dame. Este último equipo se construye sobre una base de confianza y respeto mutuo, un marcado contraste con las incertidumbres de su período inicial de contrataciones. A medida que Freeman se prepara para la próxima temporada, no solo se enfoca en reunir un cuerpo técnico capaz, sino también en asegurar que su equipo esté alineado con los estándares culturales y éticos de Notre Dame. El compromiso de Ash de comprender a los jugadores y sus necesidades, en lugar de esperar que se adapten a su estilo, encarna esta filosofía. El objetivo colectivo es mejorar las experiencias de los jugadores mientras los prepara para el éxito dentro y fuera del campo. Si bien el resultado de estas nuevas contrataciones sigue siendo incierto, Freeman ha demostrado una impresionante capacidad para adaptarse y evolucionar. Con cada cambio de entrenador, se acerca más a establecer una unidad cohesiva capaz de competir en los niveles más altos del fútbol universitario. La confianza que Freeman ha acumulado a través de sus decisiones hasta ahora sugiere que el programa está bien posicionado para soportar futuros desafíos, tanto en el campo como dentro del paisaje siempre cambiante de los deportes universitarios. En el panorama del fútbol universitario, donde el éxito a menudo conduce a un escrutinio y expectativas elevados, el enfoque de Freeman representa una mezcla de innovación, colaboración y un compromiso con el crecimiento—cualidades que podrían definir el próximo capítulo del fútbol de Notre Dame bajo su liderazgo.
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