
Juan Brignardello Vela
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Deportes 24.02.2025
Los Vancouver Canucks entraron a la temporada actual de la NHL con grandes esperanzas, considerados como serios contendientes para la Copa Stanley. Con evaluaciones que los colocaban justo detrás de pesos pesados como los Dallas Stars y los Edmonton Oilers, las expectativas eran optimistas. Sin embargo, la realidad de la temporada ha sido drásticamente diferente. Una mezcla de lesiones, conflictos internos y el bajo rendimiento de jugadores clave ha dejado a los Canucks tambaleándose en medio de la clasificación, una situación demasiado familiar para una franquicia que ha estado atrapada en la mediocridad durante más de una década.
Con la fecha límite de transferencias de la NHL a solo diez días de distancia, los Canucks enfrentan decisiones críticas que podrían moldear su futuro. Mientras que la gerencia parece decidida a mantener un enfoque de ganar ahora, podría ser necesario adoptar una estrategia más prudente: ejercer paciencia. Aquí hay cuatro razones convincentes por las cuales los Canucks deberían resistir la tentación de hacer intercambios impulsivos.
Primero y ante todo, la salud de jugadores estrella como Quinn Hughes y Thatcher Demko está en peligro. Hughes, el capitán del equipo y candidato al Trofeo Norris, está ausente durante un tiempo significativo debido a una lesión en el oblicuo. Su ausencia ha dejado a la ofensiva de los Canucks luchando por encontrar su ritmo. No solo es el defensor más influyente que tienen, sino también una piedra angular de su juego en general. Sin él, los Canucks parecen perdidos, y incluso cuando regrese, puede que no esté en plena capacidad. La expectativa de que pueda llevar al equipo a través de los playoffs parece demasiado optimista dado su estado actual.
De manera similar, las lesiones de Demko han obstaculizado su capacidad para rendir al máximo. Sus problemas durante el último año, que incluyen una lesión de rodilla significativa, han resultado en un tiempo de juego limitado. Si bien es uno de los porteros más formidables de la liga cuando está sano, sigue siendo incierto si podrá recuperar su forma a tiempo para una carrera en los playoffs. Esperar que sea el salvador en la postemporada, particularmente dada la trayectoria actual de la temporada, es una apuesta que los Canucks deberían considerar dos veces.
La segunda razón para la paciencia es el rendimiento de Elias Pettersson. Una vez visto como una superestrella en ascenso, Pettersson no ha estado a la altura de las expectativas esta temporada. Ha luchado con varias lesiones, cuyos efectos persistentes parecen afectar su rendimiento. Los Canucks deben evaluar si esta temporada es una aberración o si indica un problema más profundo. Dada la incertidumbre que rodea a varios jugadores estrella, el equipo debe considerar los posibles costos de mantener contratos que están por expirar, lo que podría inhibir aún más su flexibilidad futura.
En tercer lugar, los Canucks deben resistir la tentación de participar en "alquileres propios". En un intento por seguir siendo competitivos, la organización ha movido talento históricamente en lugar de acumularlo. Ha llegado el momento de cambiar el enfoque de soluciones a corto plazo a ganancias a largo plazo. Al aferrarse a contratos valiosos que están por expirar en lugar de intercambiarlos por prospectos o selecciones, los Canucks arriesgan perder la oportunidad de mejorar su futuro. Este cambio de estrategia es esencial para evitar la trampa de simplemente intercambiar un conjunto de debilidades por otro.
Finalmente, la clasificación cuenta una historia sobria. Actualmente posicionados detrás de equipos como los Colorado Avalanche y los Los Angeles Kings, las posibilidades de escalar en la clasificación de la Conferencia Oeste parecen escasas. Incluso si los Canucks lograran clasificar para los playoffs, probablemente se enfrentarían a oponentes formidables, lo que hace difícil imaginar una profunda carrera en los playoffs. El atractivo del hockey de postemporada debe sopesarse contra la cruda realidad de enfrentar a grandes desvalidos en la primera ronda, lo que podría resultar más dañino que beneficioso para los objetivos a largo plazo del club.
Si bien la clasificación para los playoffs importa por diversas razones, incluidas consideraciones comerciales y la participación de los aficionados, los Canucks deben reconocer la oportunidad única que presenta la fecha límite. Pueden priorizar su futuro mientras mantienen una oportunidad de obtener un lugar en los playoffs al promover talento joven y deshacerse de algunas piezas veteranas. Este enfoque permite una estrategia de dos frentes: asegurar que el equipo siga siendo competitivo mientras también sienta las bases para un éxito sostenido.
En resumen, la paciencia es una virtud que los Canucks deben adoptar a medida que se acercan a la fecha límite de transferencias de la NHL en 2025. Con una plantilla asediada por lesiones y bajo rendimiento, la organización tiene la oportunidad de resetear su rumbo y construir para el futuro. Al resistir la gratificación inmediata y tomar decisiones calculadas, los Canucks no solo pueden sobrevivir a esta tumultuosa temporada, sino también posicionarse para un mayor éxito en los años venideros.
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