Juan Brignardello Vela
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Deportes 16.02.2025
A medida que avanza la temporada de la NHL con actuaciones electrizantes y rivalidades feroces, la relación entre Auston Matthews y Connor McDavid se destaca como una de las narrativas más fascinantes dentro de la liga. Lo que comenzó como un vínculo formativo durante la Copa del Mundo de Hockey de 2016 se ha transformado en un rico tapiz de amistad, rivalidad y respeto mutuo, cautivando a fans y analistas por igual.
Ambas jóvenes estrellas fueron los puntos focales del Equipo de América del Norte, un conjunto dedicado a mostrar los talentos más brillantes de la NHL menores de 23 años. Matthews y McDavid, las dos primeras selecciones en sus respectivos drafts, representan no solo la esperanza para sus franquicias, sino una nueva era en el hockey, una era definida por la velocidad, la habilidad y la capacidad de anotación. Su sinergia durante esos primeros días era palpable, con McDavid asistiendo notablemente el primer gol en la NHL de Matthews solo días después de que este celebrara su cumpleaños número 19. Ese momento fue un presagio de las carreras que se desarrollarían, llenas de premios y logros récord.
Avancemos hasta hoy, y Matthews y McDavid se han convertido en íconos por derecho propio. Matthews hizo recientemente titulares al anotar la asombrosa cifra de 69 goles en una sola temporada, mientras que McDavid continúa redefiniendo lo que es posible en la liga, con cinco Trofeos Art Ross y tres Trofeos Hart en su haber. Sus carreras se reflejan mutuamente, resonando con los legados de grandes del pasado como Alex Ovechkin y Sidney Crosby, aunque también trazan sus propios caminos únicos.
Su conexión se ha profundizado con el tiempo, con experiencias compartidas que van desde los juegos de Estrellas hasta los retiros de entrenamiento en la offseason. Notablemente, durante la pandemia, McDavid pasó tres semanas en Arizona con Matthews, participando en actividades que iban más allá del hockey. Esta interacción les permitió estrechar lazos a través del golf, el patinaje e incluso el tenis, proporcionando un vistazo a su camaradería fuera del hielo. Como afirmó Matthews: “Definitivamente creo que ha evolucionado, y creo que hay un respeto mutuo entre nosotros”.
A través de su tiempo juntos, Matthews ha obtenido conocimientos de McDavid que van más allá del simple juego. Ha aprendido de la excepcional ética de trabajo de McDavid y de su perspectiva única sobre el deporte. Sus discusiones a menudo giran en torno a las sutilezas del juego, arrojando luz sobre tácticas que pueden ser fundamentales en momentos de alta presión. Matthews enfatizó cómo escuchar los pensamientos de McDavid sobre la posición y el juego ha enriquecido su propia comprensión del deporte.
Mientras ambos jugadores han prosperado bajo las pesadas expectativas que acompañan su estatus, también reconocen las presiones que conlleva estar en la cima de su profesión. Matthews reconoció el vínculo único que comparten como líderes respetados en la liga, señalando que sus experiencias, aunque diferentes, tienen similitudes que fomentan una comprensión más profunda de los caminos de cada uno.
Su rivalidad se intensifica aún más por las apuestas de sus respectivos equipos: los Toronto Maple Leafs y los Edmonton Oilers, ambos en busca de la esquiva Copa Stanley. El espíritu competitivo entre ellos alimenta sus actuaciones, pero se ve atenuado por un fuerte respeto mutuo. Matthews aclaró que, aunque ambos poseen un feroz impulso competitivo, el hockey sigue siendo un deporte de equipo, y sus encuentros son lo suficientemente infrecuentes como para que la rivalidad no opaque su camaradería.
A medida que continúan forjando sus legados, el mundo del hockey observa con la respiración contenida. Los futuros enfrentamientos, especialmente en escenarios internacionales, podrían elevar aún más su rivalidad, con los fans esperando una climática Final de la Copa Stanley que los enfrente. A medida que navegan por las altas y bajas de sus carreras, Matthews y McDavid ejemplifican lo que significa ser no solo competidores, sino también amigos, unidos por su pasión por el juego y su compromiso con la excelencia. Con cada temporada, su historia se despliega, prometiendo más capítulos emocionantes en la saga del hockey moderno.
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