
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




Deportes 12.02.2025
Cuando Liberty Media adquirió la Fórmula Uno en 2017, su mirada estaba puesta en los Estados Unidos, un mercado emergente donde la serie de carreras históricamente había tenido un desempeño inferior. Avancemos ocho años y el panorama de la F1 en EE. UU. ha cambiado drásticamente. Con tres Grandes Premios celebrados ahora en suelo estadounidense —Austin, Miami y Las Vegas— el deporte ha atraído un renovado interés tanto de los aficionados como de los fabricantes, con gigantes automotrices estadounidenses como Ford y Cadillac mostrando un fuerte compromiso.
Un factor significativo en este resurgimiento es la exitosa docuserie de Netflix "Drive to Survive", que se estrenó en 2019 y ha ayudado a cultivar una base de aficionados en crecimiento. La anticipación en torno a la renovación de los derechos de transmisión de la F1 en EE. UU. a finales de este año ha generado una intensa competencia entre posibles postores, con Netflix, ESPN, Amazon y otros compitiendo por un papel más destacado en llevar la Fórmula Uno a las audiencias estadounidenses.
Actualmente, la F1 disfruta de un acuerdo con ESPN, que adquirió los derechos en 2018 por un estimado de 90 millones de dólares anuales. A pesar de un aumento significativo en la audiencia —con un promedio de alrededor de 1.1 millones de espectadores por carrera en las temporadas recientes, en comparación con los 554,000 en su primer año en ESPN— la tarifa de derechos sigue siendo una fracción de lo que otras grandes ligas deportivas exigen. Por ejemplo, Sky Sports paga más de 250 millones de dólares anuales por los derechos en el Reino Unido, donde la audiencia suele superar los 1.7 millones por carrera.
Con nuevas carreras y una base de aficionados estadounidenses en crecimiento, surge la pregunta: ¿cuánto valdrán los derechos de transmisión de la F1 en el nuevo acuerdo? El analista de medios François Godard sugiere que la tarifa actual es “miseria” en comparación con lo que el deporte podría exigir de manera realista, señalando que, con su huella y popularidad en expansión, las tarifas podrían potencialmente duplicarse.
Las apuestas son altas, no solo para la F1, sino también para los diez equipos que compiten. Los derechos de medios son fuentes de ingresos cruciales, constituyendo una parte significativa de los 2.56 mil millones de dólares de ingresos totales reportados hasta 2023, de los cuales más de 1.2 mil millones se distribuyeron a los equipos como premio en metálico. A medida que el perfil del deporte continúa en aumento, la presión para asegurar un acuerdo de transmisión lucrativo se intensifica.
En los últimos meses, Netflix ha hecho un giro estratégico hacia los deportes en vivo, habiendo sido previamente escéptico sobre la rentabilidad de la transmisión deportiva a largo plazo. Sin embargo, tras exitosas iniciativas como sus partidos de la NFL en Navidad y un contrato de diez años con la WWE, el gigante del streaming está reconsiderando su posición. Su reciente contratación de Kate Jackson de ESPN como directora de deportes señala una intención seria de entrar en el ámbito de la transmisión deportiva.
Sin embargo, analistas como Pierre Maes advierten que, aunque el interés de Netflix es aparente debido al éxito de "Drive to Survive", la compañía históricamente ha preferido eventos únicos sobre compromisos de larga duración. Esto podría representar un desafío para Netflix si se involucra en guerras de ofertas con emisoras establecidas como ESPN, que ha cultivado una fuerte relación con la F1 en los últimos años.
A medida que se acercan las negociaciones, las dinámicas entre los broadcasters tradicionales y las plataformas de streaming serán examinadas de cerca. La relativa estabilidad de la audiencia de ESPN y la infraestructura existente que proporciona para las transmisiones de F1 podrían desempeñar un papel fundamental en las negociaciones, especialmente considerando que el Gran Premio de Miami del año pasado estableció un récord para las audiencias televisivas en vivo en EE. UU.
El impacto potencial de un acuerdo con un servicio de streaming también podría tener implicaciones más amplias para la estrategia global de derechos de la F1. Si un gran streamer adquiere los derechos en EE. UU., podría abrir el camino a acuerdos de transmisión global más completos, alejándose del enfoque tradicional basado en territorios.
En última instancia, las negociaciones en torno a los derechos de transmisión de la F1 en EE. UU. no solo se trata de asegurar un acuerdo financiero; representan un punto crítico en la trayectoria de crecimiento del deporte en un mercado clave. A medida que la competencia se intensifica por los derechos, el resultado probablemente dará forma al futuro de la F1 en EE. UU. y más allá, con implicaciones más amplias sobre cómo se consumen los deportes en la era digital. Los próximos meses serán cruciales mientras las partes navegan por este complejo panorama, tomando decisiones que podrían definir la viabilidad financiera del deporte y su alcance de audiencia en los años venideros.
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