Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A raíz del terremoto de magnitud 3.8 que se produjo cerca de York Harbor el lunes, los expertos están evaluando la posibilidad de réplicas. Si bien este evento sísmico no fue clasificado como un gran terremoto, ha dejado a residentes y científicos reflexionando sobre las implicaciones del temblor y si podría ser seguido por otros sismos. John Ebel, un científico investigador senior en el Observatorio Weston, enfatiza que las réplicas son, de hecho, una posibilidad tras el sismo inicial. Explica que la magnitud del terremoto se correlaciona con la duración durante la cual podrían ocurrir las réplicas. En este caso, con una magnitud de 3.8, Ebel estima un periodo de aproximadamente dos semanas durante el cual podrían manifestarse réplicas. “Para una magnitud de 4.0, es como dos semanas; para una magnitud de 7.0, son unos pocos años”, señaló, basándose en su amplia experiencia analizando la actividad sísmica, particularmente en regiones como California. Las réplicas se definen como terremotos más pequeños que ocurren en las cercanías del epicentro o a lo largo de la falla donde tuvo lugar la ruptura principal. Estos eventos son parte del proceso natural de reajuste que sigue al evento sísmico inicial, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS). Sin embargo, la probabilidad de réplicas significativas disminuye a medida que pasa el tiempo tras el sismo inicial. El USGS ha proporcionado una "predicción de réplicas", estimando que hay solo un 9 por ciento de probabilidad de que una réplica alcance una magnitud de 3 o más que sea perceptible para el público en general. Como señala Ebel, aunque las réplicas son comunes, generalmente caen por debajo del umbral que las personas pueden sentir, que está alrededor de 2.5 a 2.8 en la escala de Richter. Sophie Coulson, profesora asistente de Ciencias de la Tierra en la Universidad de New Hampshire, reitera que cualquier réplica de este terremoto más reciente probablemente sería más débil que el temblor original y podría pasar desapercibida. "Ciertamente, podrían estar ocurriendo réplicas en los próximos días, pero estas probablemente serían eventos mucho más pequeños que ni siquiera sentiríamos", afirmó. La profesora de geología Tasha Dunn del Colby College añade que el noreste experimenta numerosos terremotos menores regularmente, lo que dificulta distinguir las réplicas del ruido sísmico típico de la región. Durante el temblor del lunes, los estudiantes de Coulson informaron sobre ligeros movimientos en los proyectores del aula y en las imágenes en las paredes, siendo la mayoría de ellos conscientes de los efectos del sismo. Ebel también mencionó que la actividad sísmica relativamente baja en Nueva Inglaterra permite a los investigadores monitorear las réplicas con mayor precisión en comparación con áreas más propensas a temblores. Especula que el epicentro del terremoto de York Harbor podría haber estado ubicado en alta mar, en un área que ha mostrado actividad sísmica desde la década de 1970. Ebel señala la Zona de Falla Norumbega como un probable contribuyente al reciente sismo, aunque sugiere que la actividad podría provenir de fallas aún más antiguas y menos estudiadas en la región. En conclusión, aunque los expertos creen que las réplicas del reciente terremoto son posibles, probablemente serán menores y podrían pasar desapercibidas. El evento sirve como un recordatorio de las complejas fuerzas geológicas que operan en Nueva Inglaterra, una región donde la actividad sísmica, aunque poco frecuente, aún tiene el potencial de sorprender a sus residentes. A medida que los científicos continúan estudiando y monitoreando las secuelas, los misterios de las fallas antiguas y su posible actividad seguirán siendo un tema de interés e investigación.