El deporte exige cuentas satélite para medir su impacto económico y social

En un contexto donde los datos se han vuelto la moneda de cambio para valorar la importancia de diferentes sectores, el mundo del deporte se encuentra en un dilema: a pesar de ser un pilar fundamental en la economía y la sociedad, su impacto sigue sin ser medido con la rigurosidad que merece. Mientras otros sectores como el turismo, la tecnología y la cultura han logrado establecer indicadores claros que reflejan su influencia, el deporte todavía navega en la invisibilidad en términos económicos. Ante esta situación, empresas y asociaciones del ámbito deportivo han comenzado a reclamar la creación de cuentas satélite que permitan evaluar su verdadero impacto. Las cuentas satélite son herramientas estadísticas que extienden el sistema de cuentas nacionales, permitiendo una evaluación más precisa de sectores transversales. En este caso, el Comité de Expertos de Marketing Deportivo (Cemde), que agrupa a empresas de renombre como Santander, Telefónica y Coca-Cola, ha hecho un llamado al Gobierno español para que se implementen estas cuentas, destacando la necesidad de medir el impacto económico y social del deporte con mayor precisión. La propuesta busca no solo poner en valor la industria del deporte, sino también reconocer su contribución al bienestar social, la salud y la educación. El Cemde sostiene que, con la creación de estas cuentas satélite, se podrán identificar ingresos generados, empleos creados y el impacto positivo en la salud pública y la cultura. Esto es crucial, ya que, al igual que en otros sectores, estas métricas permitirían justificar políticas de inversión pública que fomenten el desarrollo del deporte como motor económico. La importancia de esta iniciativa radica no solo en la generación de ingresos, sino en los beneficios sociales que el deporte promueve, como la reducción de problemas de salud y el fomento de la cohesión social. Las cifras que apoyan esta demanda son contundentes. En España, la industria del deporte representa aproximadamente el 3,3% del PIB nacional, y se estima que ha generado cerca de 414.000 puestos de trabajo, lo que equivale al 2,1% de la población ocupada. Esto no solo resalta la relevancia económica del deporte, sino también su capacidad para englobar una vasta red de relaciones que incluye desde deportistas y clubes hasta patrocinadores, inversores y el turismo deportivo, que atrae a visitantes dispuestos a gastar en este ámbito. Los datos más recientes, aunque corresponden a 2018, apuntan a un crecimiento significativo en el sector. Se proyecta que en 2024 la cifra global de impacto económico del deporte será aún mayor, lo que refuerza la urgencia de actualizar las métricas existentes. El Cemde destaca que uno de cada 47 euros en Europa está relacionado con el deporte, así como que representa una parte importante del flujo turístico en España, lo cual resulta fundamental para la economía nacional. Sin embargo, a pesar de estas cifras alentadoras, la percepción de la industria del deporte en la sociedad no refleja su peso real en la economía. Los expertos advierten que esto plantea una inquietante pregunta sobre la capacidad del sector para articular una propuesta clara de posicionamiento. Es esencial que la industria del deporte no solo se reconozca a sí misma, sino que también logre comunicar su relevancia de manera efectiva a la sociedad en general. La falta de métricas precisas ha llevado a que el deporte sea visto como un mero entretenimiento, en lugar de un motor de desarrollo social y económico. Este es un desafío que la industria debe abordar de manera proactiva, ofreciendo no solo disfrute y entretenimiento, sino también beneficios tangibles a la sociedad en su conjunto. Esto implica un cambio en la narrativa sobre el deporte, resaltando su papel en la promoción de un estilo de vida saludable, la educación y la cohesión social. La creación de cuentas satélite no solo permitirá medir el impacto del deporte de forma más precisa, sino que también ofrecerá una plataforma para argumentar en favor de políticas públicas que favorezcan su desarrollo. A medida que se reconoce el deporte como un sector clave, se abrirán oportunidades para inversión y colaboración entre el sector público y privado, favoreciendo la sostenibilidad y el crecimiento a largo plazo. En conclusión, la industria del deporte se encuentra en un punto crítico. La necesidad de métricas oficiales que cuantifiquen su impacto en la economía y la sociedad es más urgente que nunca. La creación de cuentas satélite se presenta como la solución ideal para visibilizar la relevancia del deporte, no solo en términos económicos, sino también en su capacidad para generar bienestar y progreso social. Con el apoyo de empresas y organizaciones del sector, se abre la puerta a una nueva era en la que el deporte pueda ser reconocido como un verdadero motor de desarrollo, contribuyendo a la prosperidad de la sociedad en su conjunto.