De Cincinnati a South Bend: El viaje de Marcus Freeman moldea el futuro de Notre Dame.

En un momento conmovedor que encapsuló los destinos entrelazados de dos programas de fútbol americano universitario, Marcus Freeman se encontraba en la línea de banda del Nippert Stadium, observando al mariscal de campo de Cincinnati, Desmond Ridder, ejecutar una jugada que conocía demasiado bien. Con cinco minutos restantes en el cuarto cuarto, Ridder se lanzó hacia la zona de anotación, sellando una victoria de 24-13 para los Bearcats sobre Notre Dame. Para Freeman, el coordinador defensivo de primer año en Notre Dame, fue una escena agridulce, una mezcla de decepción por su equipo actual y orgullo por los muchos jugadores y colegas que había ayudado a guiar durante su tiempo en Cincinnati. El tiempo de Freeman con los Bearcats, que duró cuatro temporadas, estuvo marcado por un progreso y logros significativos, culminando en el histórico ascenso de Cincinnati a los playoffs del fútbol americano universitario en 2021 bajo la dirección del entrenador en jefe Luke Fickell. Aunque Freeman no formó parte de esa temporada histórica, sus contribuciones sentaron las bases para un programa que rompería expectativas y allanaría el camino para el éxito futuro. El viaje que comenzó en Cincinnati se ha convertido ahora en el modelo para el legado emergente de Freeman en Notre Dame. Tres años después, Freeman ha construido un cuerpo técnico en Notre Dame que está profundamente arraigado en Cincinnati. Esta asamblea de talento y familiaridad ha sido fundamental en la búsqueda de la gloria nacional por parte de los irlandeses. Brian Mason, quien trabajó junto a Freeman en varias etapas, enfatiza las cualidades de liderazgo únicas que posee Freeman. "Ciertas personas, cuando estás cerca de ellas, puedes notar que son líderes, que la gente las seguirá", señaló Mason, subrayando la capacidad de Freeman para construir relaciones y fomentar una fuerte cultura organizacional. El viaje de Freeman como entrenador comenzó en serio cuando se unió al personal de Cincinnati de Fickell en 2017 como coordinador defensivo a los 31 años. Durante cuatro temporadas, perfeccionó sus habilidades y ganó reconocimiento, terminando como finalista del prestigioso Premio Broyles en 2020. Su éxito en Cincinnati llamó la atención de Brian Kelly de Notre Dame, quien trajo a Freeman a bordo para liderar la defensa en 2021. La dinámica de entrenadores entre Cincinnati y Notre Dame va más allá de Freeman. La plantilla de los irlandeses está salpicada de antiguos entrenadores de los Bearcats, incluidos Mike Mickens, quien ha sido una figura clave en la secundaria de los irlandeses. Otros exalumnos notables de Cincinnati en el personal incluyen al coordinador ofensivo Mike Denbrock, al entrenador de mariscales de campo Gino Guidugli y al entrenador de la línea defensiva Al Washington. Esta sinergia no es un accidente; refleja una visión compartida cultivada durante su tiempo juntos en Cincinnati, donde aprendieron a navegar los desafíos de construir un programa competitivo. La decisión de Freeman de llenar su personal con rostros familiares muestra un compromiso con la confianza y la colaboración. "Uno de los beneficios de esto es contratar a personas que conoces y en las que confías", explicó Freeman. Este enfoque enfatiza la importancia de las experiencias compartidas y las relaciones de trabajo establecidas, especialmente en un entorno de alta presión como el fútbol americano universitario. El árbol de entrenadores que ha brotado de Cincinnati no se limita a la línea de banda; también se extiende al desarrollo de jugadores. La estrategia de reclutamiento de Notre Dame se ha beneficiado de la experiencia y la visión de aquellos que prosperaron bajo la guía de Freeman en Cincinnati. La inyección de creatividad y talento se ha traducido en una ventaja competitiva para los irlandeses, mientras buscan recuperar su posición entre la élite del fútbol americano universitario. A medida que avanza la gestión de Freeman en Notre Dame, las lecciones aprendidas y los lazos formados durante su tiempo en Cincinnati continúan resonando. Su viaje no ha estado exento de desafíos, marcado por duras derrotas y momentos críticos que pusieron a prueba su determinación. Sin embargo, Freeman ha mostrado una notable resiliencia, guiando a los irlandeses hacia su primera aparición en el campeonato nacional desde 2012. Mirando hacia adelante, Freeman y su personal enfrentarán su prueba más significativa hasta ahora mientras se preparan para competir contra su alma mater, Cincinnati. Si bien los irlandeses pueden ser vistos como desvalidos, la familiaridad y la historia compartida entre los dos programas podrían jugar un papel crucial en el resultado. En apenas su tercera temporada, Freeman está preparado para elevar aún más a Notre Dame, demostrando que la base sentada en Cincinnati no es solo un capítulo en su pasado, sino una parte vital de su ambiciosa visión para el futuro.