El inspirador regreso de Tyler Ivey: de la agotamiento a la redención en el montículo de béisbol.

El inspirador regreso de Tyler Ivey: de la agotamiento a la redención en el montículo de béisbol.

Tyler Ivey, exlanzador de los Astros, inicia un viaje de regreso, reavivando su pasión por el béisbol tras enfrentar dificultades personales y una breve pausa.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Deportes 13.01.2025

Tyler Ivey, el exlanzador de los Houston Astros, vuelve a ser noticia mientras se embarca en un ambicioso viaje de regreso tras alejarse del béisbol. La historia del joven de 28 años es una de resiliencia, pasión y búsqueda de redención, una narrativa que resuena profundamente con los entusiastas del deporte y los atletas aspirantes por igual. El viaje profesional de Ivey comenzó cuando fue seleccionado por los Astros en la tercera ronda del Draft de la MLB de 2017, lo que trajo consigo altas expectativas y la promesa de un futuro brillante. Sin embargo, su debut en las grandes ligas el 21 de mayo de 2021 estuvo marcado por luchas personales que lo llevaron a cuestionar su compromiso con el deporte. A pesar de la emoción de lanzar en su ciudad natal, Ivey luchó con dolencias físicas, específicamente el síndrome de salida torácica, que más tarde aprendió que había estado afectando su rendimiento. Esta condición, junto con un agotamiento severo y las presiones del deporte profesional, lo dejó sintiéndose sin pasión en el montículo, lo que finalmente lo llevó a decidir dejar el juego solo un año después. En los años intermedios, Ivey abrazó una vida más ordinaria, haciendo la transición a una carrera en ventas y enfocándose en su familia. Se casó con su amiga de toda la vida, Audrey, y dio la bienvenida a un hijo, James. Lejos del diamante, Ivey buscó simplicidad y tranquilidad, alejándose de un deporte que una vez lo había definido. Incluso se comprometió a no ver béisbol, aparte de seguir a los Astros durante sus rondas de playoffs. Sin embargo, la atracción por el béisbol era ineludible. Una oportunidad fortuita de lanzar para un equipo de liga de verano colegial reavivó la pasión de Ivey, llevándolo a reconsiderar su relación con el deporte. Su inesperado regreso al montículo, donde ponchó a los tres bateadores que enfrentó, trajo de vuelta recuerdos de su juventud y un renovado sentido de propósito. Este momento crucial, en el que Ivey se sintió tanto físicamente capaz como emocionalmente conectado con el juego, marcó el inicio de sus aspiraciones de regreso. Reflexionando sobre sus desafíos anteriores, Ivey reconoce que no tenía la motivación para competir al más alto nivel durante sus últimos días como jugador profesional. Desde entonces, ha dado un paso atrás para reevaluar su enfoque al lanzar y ha hecho ajustes significativos en su mecánica, que cree que conducirán a un mejor rendimiento si se le da otra oportunidad. Esta nueva comprensión de la biomecánica y una técnica de lanzamiento más refinada lo tienen optimista sobre un posible regreso al béisbol competitivo. El compromiso de Ivey con el deporte se ha visto aún más consolidado a través del entrenamiento, donde adquirió una nueva perspectiva del juego que una vez amó tan profundamente. Sus experiencias recientes no solo lo han reconectado con el béisbol, sino que también han fomentado un sentido de comunidad y propósito que había faltado durante sus días como jugador. Con los Astros aún manteniendo sus derechos contractuales, persiste la incertidumbre sobre si le ofrecerán otra oportunidad en su sistema de ligas menores, pero el ánimo de Ivey se mantiene alto mientras se enfoca en lo que está por venir. Si hay algún remordimiento persistente para Ivey, es en cómo manejó su descenso inicial y las luchas que siguieron. Sin embargo, lleva consigo un sentido de paz y aceptación de su viaje hasta ahora. A medida que se prepara para este nuevo capítulo, reflexiona sobre las lecciones aprendidas y la importancia de seguir la pasión de uno, sin importar los obstáculos que puedan surgir. En última instancia, la historia de Tyler Ivey sirve como un poderoso recordatorio de la resiliencia del espíritu humano y el indomable vínculo entre un atleta y su deporte. Con la vista puesta en un regreso, Ivey está listo para perseguir sus sueños una vez más, dispuesto a abrazar lo que el futuro le depare, ya sea un regreso al montículo o un compromiso continuo con la familia y la comunidad. Una cosa es cierta: los caminos que lo llevaron de vuelta al béisbol apenas han comenzado a desplegarse.

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